De la mano de Dios hacia la madurez espiritual
2015-10-16
1. Oración inicial
Amado, Dios enséñame a ser agradecido, a reconocer que eres el Dios eterno y sublime, que no te cansas de darme refugio y seguridad en tus brazos eternos. Ayúdame a crecer hacia la madurez espiritual asido de tu mano. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
«Y los días que anduvimos de Cades-barnea hasta cuando pasamos el arroyo de Zered fueron treinta y ocho años; hasta que se acabó toda la generación de los hombres de guerra de en medio del campamento, como Jehová les había jurado».
«Y Jehová tu Dios echará a estas naciones de delante de ti poco a poco; no podrás acabar con ellas en seguida, para que las fieras del campo no se aumenten contra ti».
«Como el águila que excita su nidada, Revolotea sobre sus pollos, Extiende sus alas, los toma, Los lleva sobre sus plumas, Jehová solo le guió, Y con él no hubo dios extraño».
3. Reflexiona
Dios anhela que su pueblo madure espiritualmente y no permitirá que pasemos por alto ninguno de los pasos de este proceso y se ocupará de que lleguemos hasta el final como dice Filipenses 1:6 “estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”.
Conozcamos que Dios hará que nos enfrentemos de nuevo a cualquier aspecto o situación del desarrollo espiritual que pretendamos pasar por alto. No menospreciemos los pequeños avances. El proceso hacia la madurez espiritual consta casi siempre de pequeños pasos, no de grandes saltos, por eso crezcamos en el amor a Dios, a nosotros mismos y al prójimo, preocupémonos por conocer más a Dios, estudiando y profundizando en las Escrituras, no menospreciemos la enseñanza de su Palabra para que seamos verdaderos discípulos y sirvamos al Señor en la medida en que nos vaya mostrando que hacer, para cumplir su voluntad en esta tierra.
Descansemos en el cuidado con que Dios nos nutre. Recordemos que el Señor se preocupa por nosotros, nos guía y nos conduce por el camino de la madurez espiritual. Nos ayudará a sortear los escollos, nos dará la mano para avanzar. Recuerda lo que dice Deuteronomio 33:27 “El eterno Dios es tu refugio, Y acá abajo los brazos eternos”. Nuestro Dios eterno, cuyos brazos son eternos nunca se cansará de ofrecernos refugio y seguridad.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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