De la esterilidad al fruto
2018-09-24
1. Oración inicial
Dios Todopoderoso, con tu gran misericordia has transformado ese desierto espiritual que era nuestra vida; saciando el hambre y la sed por ti, con tu perdón y tus promesas y haciéndonos portadores de las buenas nuevas para nuestros hermanos en Cristo Jesús; Señor, por favor escucha nuestro clamor, el clamor de nuestros seres queridos y el clamor de nuestro país. Riega nuestro corazón con manantiales de agua viva para que demos mucho fruto en Cristo Jesús. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
«Los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de los filisteos por cuarenta años. Y había un hombre de Zora, de la tribu de Dan, el cual se llamaba Manoa; y su mujer era estéril, y nunca había tenido hijos. A esta mujer apareció el ángel de Jehová, y le dijo: He aquí que tú eres estéril, y nunca has tenido hijos; pero concebirás y darás a luz un hijo. Ahora, pues, no bebas vino ni sidra, ni comas cosa inmunda. Pues he aquí que concebirás y darás a luz un hijo; y navaja no pasará sobre su cabeza, porque el niño será nazareo a Dios desde su nacimiento, y él comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos. Y la mujer vino y se lo contó a su marido, diciendo: Un varón de Dios vino a mí, cuyo aspecto era como el aspecto de un ángel de Dios, temible en gran manera; y no le pregunté de dónde ni quién era, ni tampoco él me dijo su nombre. Y me dijo: He aquí que tú concebirás, y darás a luz un hijo; por tanto, ahora no bebas vino, ni sidra, ni comas cosa inmunda, porque este niño será nazareo a Dios desde su nacimiento hasta el día de su muerte.», Jueces 13:1-7
3. Reflexiona
A través de la Palabra de Dios se encuentran varios ejemplos de esterilidad con el propósito de que nosotros podamos ver el poder soberano y misericordioso de Dios; así se pudo ver con Sara, Rebeca y Raquel. A través de ellas, Dios quiso manifestar su voluntad de intervenir en la historia de su pueblo para rescatarlo de la esclavitud de su pecado.
Así mismo, ante la esterilidad espiritual, el hombre que se vuelve a Dios y permite que Él intervenga y gobierne su vida, está llamado a no ser más esclavo del pecado, a sobreabundar en las promesas divinas, a dar mucho fruto y a vivir en constante bendición.
Todas estas promesas y bendiciones las podemos tener con un simple compromiso: un cambio de conducta, originado en la obediencia a la voluntad de Dios, la cual va en contraposición al mundo que nos rodea.
Así que si nosotros queremos pasar de la esterilidad al fruto, debemos empezar por consagrar nuestra vida a Dios, apartándonos del egoísmo y las costumbres adoptadas del mundo y disponiendo nuestro corazón para hacer la voluntad de Dios.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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