Dardos de fuego del maligno
2023-09-03
1. Oración inicial
«Padre Celestial, que tu Palabra que es vida y luz para mi vida, esté de continuo en mi mente, en mis labios y en mis actos; clamo y anhelo que tus pensamientos sean mis pensamientos y que toda idea que no esté de acuerdo con lo que dices en tu Palabra sea de mi mente derribada, por Jesucristo mi Señor, amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” 2 Corintios 10:4-5.
“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros” Santiago 4:7.
3. Reflexiona
Dardos de fuego del maligno son todos aquellos pensamientos que se cruzan por nuestra mente y que nos llevan a vivir en condiciones y posiciones que no son las que Dios quiere que a diario experimentemos.
Como nos lo expone la Palabra de Dios, nuestro adversario, el diablo, está como un león rugiente buscando a quién devorar (1 Pedro 5:8), y se vale de cualquier debilidad, ignorancia o circunstancia que tengamos para enseguida sembrar pensamientos de confusión, temor y sobre todo de mentira, que nos lleven a dudar de Dios y su Palabra para así mantenernos aislados, oprimidos y derrotados. Hecho que claramente es muy grave porque cada día que pasamos en esta condición, nos perdemos de vivir esa victoria y esa vida abundante que Dios tiene para cada uno de nosotros.
Por ello, es absolutamente necesario que siempre estemos alerta, evaluando si aquello en lo que persiste nuestro pensamiento conecta con lo que Dios dice en su Palabra, o si, por el contrario, es una pequeña flecha de fuego del enemigo que debemos apagar con nuestra fe. La palabra de Dios nos dice: “Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios” (Efesios 6:16-17). De manera que, la exhortación es para que, a través de la luz de la Palabra de Dios y creyendo en ella, permitamos que nuestros pensamientos sean discernidos y llevados en obediencia a Cristo.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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