Dame sabiduría y entendimiento
2016-08-23
1. Oración inicial
Gracias Amado Padre por conocerte y establecer una relación personal contigo. Por revelarme tu amor en Jesucristo, quien vino a morir por mí y a redimirme. Por darme la eternidad y la sabiduría para disfrutar de la vida en esta tierra, con una existencia que te agrade, y que constituye la manera más sabia de vivir. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Y se le apareció Jehová a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quieras que yo te dé. Y Salomón dijo: Tú hiciste gran misericordia a tu siervo David mi padre, porque él anduvo delante de ti en verdad, en justicia, y con rectitud de corazón para contigo; y tú le has reservado esta tu gran misericordia, en que le diste hijo que se sentase en su trono, como sucede en este día. Ahora pues, Jehová Dios mío, tú me has puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre; y yo soy joven, y no sé cómo entrar ni salir. Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tú escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni numerar por su multitud. Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande? Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto”, 1 Reyes 3:5-10
3. Reflexiona
Si Dios nos diera la misma oportunidad que le dio a Salomón: “Pide lo que quieras que yo te dé”, ¿Qué pediríamos? De pronto, que nos solucione todos los problemas económicos, que nos dé un esposo(a), para no estar solos, que nos cure una enfermedad, que nos ayude con algún problema familiar, etc. Todas estas peticiones buscan solo complacer nuestras vidas, y llenar nuestros deseos egoístas y materialistas. Son pocos los que prefieren las bendiciones espirituales, a los bienes materiales.
Salomón pidió sabiduría para llevar a cabo su trabajo. No le pidió a Dios que hiciera su trabajo, sino que le diera un corazón entendido para saber hacerlo. Recibió un corazón sabio, pero dependía de él aplicar esa sabiduría a todas las áreas de su vida. Gobernó bien su nación, pero lastimosamente, no aplicó la sabiduría en algunos asuntos personales. Aunque fue sabio toda la vida, no siempre actuó conforme a esa sabiduría.
La sabiduría es tanto el discernimiento para saber lo que es mejor para nosotros, como la fuerza de carácter para actuar sobre ese conocimiento. Dios nos dice en su Palabra que si tenemos falta de sabiduría la pidamos, que Él la da abundantemente y sin reproche. Si tan solo entendiéramos que lo mejor que podemos hacer es depender de la sabiduría divina, colocaríamos siempre a Dios y sus principios en primer lugar y lo demás vendría como añadidura.
Poner los ojos solo en cosas materiales nos dejará siempre insatisfechos, porque siempre desearemos algo más. Pero si ponemos a Dios y a su obra en primer lugar, Él satisfará nuestras necesidades más profundas. Aparte de nuestras aptitudes humanas, necesitamos la guía y dirección de Dios, porque los problemas del ser humano y la sociedad actual presentan una complejidad tal, que necesitamos la ayuda de Dios.
La sabiduría meramente humana, no es suficiente para resolver los problemas de la vida. El apóstol Pablo habló de los seres humanos que se enorgullecieron en sus razonamientos y su necio corazón se quedó a oscuras. Pretendiendo ser sabios, se convirtieron en seres ignorantes de la gran realidad de Dios, del universo que Él creó y de la condición lastimosa de la humanidad.
“El principio de la sabiduría es el temor del Señor”. Nadie puede obtener el conocimiento espiritual, si Dios no es la fuente, necesitamos de su sabiduría.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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