Cuida tus palabras

Padre Amado, te ruego “pon guarda a mi boca; vigila la puerta de mis labios”, hazme sabio y entendido con los dichos de tu boca, quiero utilizar tu palabra para sanar, consolar, amonestar y sobre todo, glorificar tu Santo Nombre. Amen.

“El que guarda su boca y su lengua, su vida guarda de angustias”

Se nos advierte de usar bien la lengua. Si usted desea tener amigos, tiene que comportarse amigablemente, tiene que ser comunicativo. Pero también tiene que tener cuidado con lo que dice.
La Biblia menciona una y otra vez acerca de dos asuntos: uno es el uso y abuso de la lengua. El otro es el orgullo. Dicho de otra manera, la lengua incontrolada, la lengua mentirosa, la lengua chismosa, y la mirada altiva, Dios las detesta.
Nos guardaríamos muchos argumentos y disminuirían las tensiones si fuéramos sabios para callar a tiempo. Para saber qué decir, cuándo decirlo y a quién decírselo. Qué bueno aplicar los siguientes versículos bíblicos:
“Las palabras del chismoso son como bocados suaves que penetran hasta las entrañas” Proverbios 18:8; “La lengua apacible es árbol de vida…” Proverbios 15:4.
Ten cuidado al confesar tus pecados a otros. No podrás impedir que la gente te dispare, pero no les des munición. Hay veces que es apropiado hablar abiertamente de algo, pero antes examina con quien lo haces.
Definitivamente el ruego es: “SEÑOR, pon guarda a mi boca; vigila la puerta de mis labios”