Cuarto de guerra- Parte 1
2022-11-18
1. Oración inicial
«Padre, quiero utilizar ese cuarto de guerra para pelear mis batallas, pero no solo, sino de tu mano; pues entiendo que venzo, cuando estoy contigo. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” Mateo 6:6
3. Reflexiona
¿Tienes en tu casa un cuarto de guerra? Pero no ese cuarto en el que vas y discutes con alguien más para que el resto de personas no escuche lo que hablas, o en el que te encierras tú mismo con la excusa de “alejarte de los problemas” para no tener que enfrentar o empeorar la situación que te molesta; sino, ese cuarto de guerra en el que pasas tiempos de intimidad con Dios, para postrarte en oración y vencer, con la ayuda del Espíritu Santo y en el nombre de Jesús, toda batalla de: orgullo, enemistad, conflictos, desánimo, pereza, soledad, incertidumbre, dolor, entre otras. Seguramente tendremos uno, pero preguntémonos ¿qué uso le estamos dando?; ¿cómo estamos peleando nuestras batallas?, ¿bajo nuestras fuerzas, pensamientos, emociones, voluntad, capacidades?, o ¿bajo la presencia de Dios?
Si le preguntáramos a alguien como Moisés, sin duda alguna nos diría que las batallas las ganamos, no solos, sino bajo la presencia del Señor; pues él mismo pudo experimentar en una de ellas, cómo, cuando levantaba sus manos el pueblo de Israel prevalecía, pero las bajaba, y prevalecía el pueblo contrario (Éxodo 17:11), esto mismo es lo que pasa en nuestras vidas, cuando enfrentamos esas batallas solos, perdemos, y ¿qué perdemos? Paz, amor, gozo, paciencia, bondad, mansedumbre, templanza, y llamamos pérdida al hecho de que dejamos de experimentar este fruto tan precioso que produce el Espíritu Santo en nuestras vidas cuando no le damos Su lugar; pero sucede que cuando enfrentamos, con la ayuda de Dios, estas batallas, vencemos, vencemos todo orgullo, enemistad, pleitos, celos, iras, envidias y cosas semejantes a estas.
Así que la pregunta es ¿de qué forma seguiremos enfrentando de ahora en adelante nuestras batallas? Hoy Dios nos dice que toda batalla la ganamos, pero de la mano de quien ya ha vencido, Jesucristo (1 Corintios 15:57)
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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