Cuando el pecado contamina el corazón
2016-08-06
1. Oración inicial
Señor, no permitas que esconda mi pecado, porque esto me llevará a cometer otros, sino que confiese delante de ti mi maldad, para que no se enseñoree de mi corazón, que siempre haga lo agradable a tus ojos, lo justo y lo correcto. Que siempre busque tu presencia, para hacer tu voluntad y que nunca ponga mi vida espiritual en peligro, donde pueda ser tentado y caiga. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los amonitas, y sitiaron a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén. Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa. Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquella es Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías heteo.
Y envió David mensajeros, y la tomó; y vino a él, y él durmió con ella. Luego ella se purificó de su inmundicia, y se volvió a su casa. Y concibió la mujer, y envió a hacerlo saber a David, diciendo: Estoy encinta.
Entonces David envió a decir a Joab: Envíame a Urías heteo. Y Joab envió a Urías a David. Cuando Urías vino a él, David le preguntó por la salud de Joab, y por la salud del pueblo, y por el estado de la guerra. Después dijo David a Urías: Desciende a tu casa, y lava tus pies. Y saliendo Urías de la casa del rey, le fue enviado presente de la mesa real. Mas Urías durmió a la puerta de la casa del rey con todos los siervos de su señor, y no descendió a su casa”, 2 Samuel 11:1-9
3. Reflexiona
Bien dice el Señor en su Palabra, en 1 Corintios 10:12 “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga”. Los deseos carnales se fortalecen cuando descuidamos nuestra vida de intimidad con Dios, cuando nos volvemos indulgentes y perezosos, dejamos de orar y leer su Palabra, entonces nuestros pensamientos son los que gobiernan nuestro ser. Debemos estar siempre preparados para refrenar su primera aparición. David no pudo hacerlo y este relato ilustra esta secuencia: Deseo, seducción, pecado y muerte. Descrita en Santiago 1:14-15 “sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte”.
Esto muestra lo rápido que el pecado puede llegar a contaminar el corazón humano cuando se contemporiza con él, aún en los más nobles hijos de Dios. El camino del pecado es cuesta abajo, cuando los hombres comienzan a hacer el mal no pueden detenerse.
Nada de la escritura ha sido escrito en vano, la historia de David y Betsabé nos ofrece una lección negativa y repugnante de lo que es capaz de hacer el ser humano, cuando no está en comunión permanente con Dios. El no arrepentirnos y enfrentarnos con el pecado, puede traer serias y fatales consecuencias. Debemos aprender a ver el pecado como Dios lo ve. Desarrollemos en lo íntimo de nuestro ser, un corazón que odie el pecado.
David cometió varios errores y esto lo condujo a pecar.
1) Descuidó su ocupación. Cuando nos salimos del camino del deber quedamos expuestos a la tentación.
2) Amor al ocio. La pereza da mucha ventaja al tentador sobre nuestras vidas.
3) Un ojo errante. No había hecho pacto con sus ojos y se le olvidó en el momento. Debemos consagrar todo nuestro ser y entregar el control al Espíritu Santo.
El seguro del cristiano contra el pecado, es no colocar la confianza en nosotros mismos, sino en Dios, que es capaz de ayudarnos a vencer la tentación. Todos tenemos cargas similares y tentaciones parecidas, pero podemos soportarlas y salir adelante, si reconocemos nuestra debilidad y confiamos en Dios. Él es sabio y fiel, y hará que nuestras cargas sean según nuestra fuerza. Siempre dará una vía de escape para que no sucumbamos al pecado.
El estímulo pleno para huir del pecado, es ser fieles a Dios y aferrarnos a Él con todas nuestras fuerzas. El temor del Señor en nuestro corazón, será el mejor medio de seguridad.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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