Cristo nuestro ejemplo de obediencia
2024-09-28
1. Oración inicial
«Padre Dios, gracias por tu Hijo Jesús, mi mayor referente en cuanto a la obediencia, gracias porque por medio de tu Espíritu ahora puedo llevar una vida de obediencia en amor, amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen” Hebreos 5:8-9
3. Reflexiona
Jesucristo lleva al creyente a un estado de obediencia mejor que el del diseño original en el jardín del edén, porque a diferencia de Adán, Jesús en su condición de hijo por lo que padeció, aprendió a obedecer en todo al Padre, y habiendo sido perfeccionado vino a ser autor de eterna salvación, para todos los que le obedecen como dice: Hebreos 5:8-9
¿Y quiénes son los que obedecen a Cristo?, los que creemos en Él, pues la obediencia viene por la fe, y la fe por el oír la palabra de Dios. Así que si Dios dice que “todo lo puedo en Cristo que me fortalece” Filipenses 4:13, entonces debo creer que puedo obedecer en todo, pues ahora que Cristo vive en mí, él mismo por medio de su Santo Espíritu nos perfecciona, como dice 1 Pedro 5:10 “10 Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.” Y como declara 2 Corintios 3:18 “18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.”
Y esta obediencia que es producida gracias al amor de Dios que ha sido derramado en nuestros corazones como dice Romanos 5:5 “5 y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”, nos lleva a rendir nuestra voluntad a la voluntad de Dios cumpliéndose lo que dice Juan 14:21 “21 El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.” Así que hermanos, escuchemos la exhortación que se nos hace en Filipenses 2:5-8 “5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”, y pidamos a Dios que nos lleve por medio de su Espíritu a esa vida de obediencia.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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