Cristo merece honra y gloria
2017-05-17
1. Oración inicial
Señor Jesucristo, eres digno, de toda gloria, de toda honra, porque cumpliste a cabalidad con la voluntad de Dios, hiciste posible mi salvación y quitaste toda barrera para acercarme al Padre y tener una relación eterna con Él. Por eso quiero retener mi fe firme hasta el fin y gloriarme en la esperanza de estar contigo en tu reino. Amén
2. Lee la palabra de Dios
“Porque de tanto mayor gloria que Moisés es estimado digno éste, cuanto tiene mayor honra que la casa el que la hizo. Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios. Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir; pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza. Por eso, como dice el Espíritu Santo: «Si ustedes oyen hoy su voz, no endurezcan el corazón como sucedió en la rebelión, en aquel día de prueba en el desierto”. Hebreos 3:3-8
3. Reflexiona
Esta porción de la Biblia nos lleva a enaltecer a Jesucristo, pues Él es digno de toda la gloria y toda la honra que nosotros podamos dar. Muestra con claridad una relación familiar con nosotros los creyentes, porque es el apóstol o enviado de Dios, al que debemos oír. Es nuestro Sumo Sacerdote, que nos acerca al Padre por medio de su sacrificio en la cruz y al interceder por nosotros. Es el gobernante de la casa de Dios, al ser el Hijo del Padre, al que debemos obedecer. Aquí está resumida su naturaleza y ministerio.
Aunque Moisés fue el profeta más grande de las Escrituras en el Antiguo Testamento; Jesucristo es la figura más importante de la fe cristiana, en el Nuevo Testamento, merecedor de todo honor, puesto que es más que un humano, es Dios mismo. Para los judíos Moisés fue un gran héroe que los liberó de la esclavitud de Egipto. Para nosotros Jesús es el Salvador de la humanidad entera, que nos liberó del pecado y la condenación eterna. La pregunta que el autor del libro de Hebreos se hace es: ¿Por qué conformarse con Moisés, si se puede tener a Cristo?
Somos peregrinos que participamos de ese llamamiento celestial, para reinar con Cristo en ese mundo venidero. Por eso, nuestra mayor motivación debe ser persistir en la fe, colocando toda nuestra atención sobre Jesús, quién es la revelación de Dios, y cuya voluntad es que tengamos una relación eterna con Él. ¿Con qué te estas conformando? De pronto estás cansado de tanta lucha y has puesto tu fe en otras personas y en otras cosas, has desviado tu mirada de Jesús. Las circunstancias te han vuelto perezoso y desobediente, o estas dudando y alejándote de Él cada día, dándole entrada a la incredulidad.
Cristo es fiel aunque nosotros no lo seamos, Él ha mostrado su fidelidad delante del Padre desde el principio hasta ahora. Como Hijo de Dios, no solo fue el que participó en la creación del universo, sino que con su obra salvadora estableció la iglesia, la comunidad de fe. Es el constructor de la casa o la familia de Dios. Él ahora gobierna sobre la casa, y esto comprende a todos los verdaderos creyentes desde el principio de la historia humana hasta el presente.
Como Hermano Mayor cuida de nosotros. Ese cuidado fraternal, que Cristo nos muestra aquí, debe ayudarnos a mantenernos fieles, no apartarnos de Él y no abandonar nuestra fe.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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