Crecimiento
2018-08-12
1. Oración inicial
Padre, que tu Espíritu revele mis fallas, aquellas cosas que no te agradan, que no te dan la gloria y en tu amor me corrijas como Padre amoroso, porque esto es vida para mi, gracias Señor por tu cuidado y tu disciplina para conmigo. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Bienaventurado el hombre a quien tú, Señor, corriges, y en tu ley lo instruyes”, Salmos 94:12
“Camino a la vida es guardar la instrucción; Pero quien desecha la reprensión, yerra.”, Proverbios 10:17
3. Reflexiona
¿Queremos tener un crecimiento en nuestra vida espiritual? Dejémonos corregir. En la vida ocurren ciertos eventos que nos prueban, que nos llevan al límite de nuestra resistencia, donde nuestra fe es acrisolada, es purificada como el oro. Dios utiliza estas circunstancias difíciles para nuestro bien, con el fin de bendecirnos; de nuestro corazón se revelan malos hábitos o comportamientos que no agradan a Dios, y es en ese preciso instante donde debemos como hijos de Dios, aceptar la corrección del Señor, con humildad y toda disposición a ser tratados, pues Él muestra su amor “Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo” (Hebreos 12:6).
La corrección de Dios no es motivo de alegría al principio, pero al final da el fruto que Dios espera, cuando aprendemos la lección que nos quiere dar, tendremos paz y cambiaremos nuestra manera de actuar.
Es una bendición muy grande que podemos recibir, ser tratados por nuestro hacedor, tener la guía de su Palabra, ser convencidos por su Espíritu de pecado y ser corregidos en medio de las dificultades de la vida, para que al final, seamos exaltados, conforme dice el Señor Jesucristo “Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.”(Mateo 23:12).
Sea cual sea la circunstancia o suceso inesperado o complicado que estés atravesando, mira con los ojos de la fe y con actitud de humildad, y si de acuerdo a la Palabra, estás recibiendo la corrección de Dios, llénate de gozo, pues al final, serás un hijo que ha crecido y que está preparado para recibir inimaginables bendiciones del Padre celestial.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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