Creados para servir
2017-12-06
1. Oración inicial
Amado Señor, gracias por ser ejemplo de servicio y entrega, dando tu vida por el rescate de la humanidad. Ayúdame a crecer espiritualmente, a ejercitar mis sentidos en el discernimiento del bien y del mal y poder sensibilizarme con las necesidades de los demás. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. Efesios 2:10
“Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal”. Hebreos 5:12-14
3. Reflexiona
Una parte esencial del crecimiento espiritual es involucrarnos en las buenas obras, que Dios ha dispuesto para que las realicemos. Hemos sido puestos en este mundo para servir al Señor, ayudando a otros.
Como cristianos estamos llamados a imitar a Jesús viviendo como siervos. Mateo 20:27-28 “Y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”. Si estamos ocupados en nuestra propia vida y no tenemos tiempo para los demás, estamos demasiado ocupados para creer y servir a Cristo.
El crecimiento espiritual debe ser una norma de la vida cristiana, sin embargo, debido a la pasividad espiritual, a la falta de estudio de la Palabra, a la indiferencia ante los padecimientos de otros, muchos creyentes son niños espirituales.
El señor quiere que maduremos, pero este proceso no es automático, se requiere de la disposición y la intencionalidad de nuestro corazón para crecer. Servir implica morir a nuestros propios deseos, prioridades, preferencias, conceptos y esquemas mentales. Tenemos que mirar la vida desde la perspectiva de Dios, encomendándonos al cuidado de Dios y obedeciendo a sus mandamientos e indicaciones.
Hebreos nos dice que los cristianos maduros tienen los sentidos ejercitados por la práctica. Si aplicamos con diligencia los elementos esenciales para el crecimiento cristiano como leer y estudiar la Palabra, orar, tener compañerismo con otros creyentes, testificar de Cristo y obedecer a Dios, con el tiempo, experimentaremos el gozo de la madurez.
El fruto de la madurez se hace evidente cuando nuestro carácter es controlado por el Espíritu Santo, cuando tenemos firmeza en la sana doctrina, cuando padecemos por Cristo, cuando amamos cada vez más al prójimo, cuando tenemos la capacidad de exhortar con amabilidad, cuando tenemos discernimiento espiritual y sabiduría, y andamos en santidad, siendo testimonio para otros.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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