Corre a Jesús
2022-05-31
1. Oración inicial
«Amado Jesús, gracias por encontrarme en el camino de la vida, por atraerme a ti con lazos de amor, perdonar mis pecados y sanar mis heridas. Me liberaste de la esclavitud del mundo, la carne y Satanás. Me has dado vida eterna y una nueva esperanza, disfrutando de tu amor inagotable. En el nombre de Jesús. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante él”. Marcos 5:6.
“Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó”. Lucas 15:20.
3. Reflexiona
Estos dos versículos muestran un notable paralelismo, el gadareno vio a Jesús estando lejos y corrió hacia Él; el padre del hijo pródigo ve a su hijo desde lejos y sale corriendo a su encuentro, es como si dijéramos el pecador encuentra a Jesús y el Padre celestial encuentra al pecador.
El pecador está lejos de Jesús y del Padre, por las ataduras humanas y su carácter, dice Marcos 5:4 “Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, más las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar”. Está lejos por su forma de expresarse, por su morada y por la auto destrucción de su cuerpo. Dice Marcos 5:5 “Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras”.
Estaba lejos por su independencia, Lucas 15:12 “y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes”. Estaba lejos por sus acciones de perdición y desperdicio, Lucas 15:13 “No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente”. No importa cual fuera la condición, ambos hombres eran pecadores, separados de la gloria de Dios y su estado era lamentable. Romanos 3:23 nos dice: “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”.
Eso nos ha sucedido a todos antes de conocer de Cristo, vivíamos en nuestros delitos y pecados, sin experimentar su amor (Efesios 2:1), sólo bastó un cambio de actitud, un mover nuestra voluntad hacia Él, por eso correr a Jesús es darle la oportunidad para que nos libere, es aceptarlo como el Hijo del Dios Altísimo, saber que tiene algo con nosotros y aceptar el poder que hay en su Nombre como dice Marcos 5:7a “Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo?”
El Padre sale al encuentro de nosotros, movido a misericordia, dando el primer paso para acercarse, se echa en nuestro cuello y nos besa a pesar de nuestra suciedad, de nuestros harapos y vida de miseria. Él quiere que volvamos, que nos arrepintamos de nuestras iniquidades y salgamos de la vergüenza y desgracia de una vida de esclavitud. Anhela ponernos ropas nuevas, quitarnos la inmundicia y darnos su inagotable amor, otorgando liberación y sanidad a nuestra vida.
Corramos a Cristo, si estamos esclavos del pecado y rumbo a la perdición de nuestra alma, y experimentemos la vida abundante y de bendición que nos ofrece, porque claramente Jesús lo dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.
Solo en Dios encontraremos el verdadero sentido de nuestra existencia, corramos a Él y volvamos a su presencia, recordemos Job 22:21 “Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; y por ello te vendrá bien”.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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