Conversión
2024-11-09
1. Oración inicial
«Padre soy testigo de la presencia real de Cristo en mi vida, de que lo enviaste por amor, para mi salvación y que ahora habita en mí por medio de tu Espíritu y anhelo que otros nazcan de nuevo al anunciar el evangelio de salvación y que escuchando crean para tener vida eterna como yo ahora la tengo. Gracias Padre. En el nombre de Jesús y con la unción de tu Espíritu Santo. Amén»
2. Lee la palabra de Dios
“Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo”, Juan 3:5-7
3. Reflexiona
La conversión es una experiencia extraordinaria que te lleva a estar convencido y a ser consciente de la presencia de Dios en tu vida, pero que debe consumarse con el nuevo nacimiento, como Jesús le dijo a Nicodemo cuando éste vino a consultarlo de noche: “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” (Juan 3:3)
Esta experiencia extraordinaria no necesariamente se trata de un milagro o una señal sorprendente, sino que se trata básicamente de un encuentro personal e íntimo con el Cristo vivo. Tal vez no lo miramos con nuestros ojos físicos sino con los ojos de la fe, pero no es una fe ciega sino que él revela una paz como ninguna otra, un gozo profundo y una esperanza inquebrantable cuando escuchamos su palabra y recibimos su amor. De esto se trata “nacer del agua y del Espíritu”, el agua de su palabra y por el Espíritu Santo, esto lo reafirma el apóstol Pedro por revelación del Espíritu: “siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.” y en el versículo inmediatamente anterior confirma el actuar del Espíritu: “Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro” (1 Pedro 1:22).
La verdadera conversión entonces es nacer de nuevo, un nacimiento espiritual que nos hace una nueva creación e hijos de Dios por medio de la fe en Jesús (Juan 1:12-13).
Si tú hoy quieres nacer de nuevo debes escuchar la Palabra de Dios, creer en lo que dice acerca de la muerte y resurrección de Cristo por ti y aceptar el regalo de salvación que Cristo te da. Para confirmar que cumplirá su promesa él colocará como garantía de salvación a su Santo Espíritu, tal como dice en su Palabra: “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,” (Efesios 1:13)
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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