Contigo estoy para librarte
2021-08-20
1. Oración inicial
«Amado Señor Jesucristo, en momentos de debilidad, angustia, enfermedad e incertidumbre, no permitas que el temor se apodere de mí, recuérdame que Tú eres mi defensa y que como poderoso gigante vas delante de mí para protegerme y librarme. Tú venciste en la cruz, obtuviste la victoria por mí, por eso, en tu nombre enfrentaré todas mis batallas y soy más que vencedor. Gracias por darme la seguridad de tu Presencia. En Cristo Jesús, Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová”. Jeremías 1:8
“Más Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada”. Jeremías 20:11
3. Reflexiona
El Señor, a través del profeta Jeremías, nos dice que “no temamos delante de ellos”; ¿Qué o quiénes pueden ser esos “ellos” para nosotros?, pueden ser problemas, personas, desafíos, enfermedades o emociones que nos están afectando y llenando de temor. Dios puede obrar de dos maneras, podrá librarnos de ellos inmediatamente o dejarlos por un tiempo para tratar nuestro corazón, formar nuestro carácter cristiano y manifestar su poder a través de nosotros.
Tenemos que entender que no importa quién se nos opone o qué nos atemorice, Dios sigue siendo nuestra defensa, como dice Isaías 54:15 “Si alguno conspirare contra ti, lo hará sin mí; el que contra ti conspirare, delante de ti caerá”.
Y cuando esos “ellos” gritan frente a nosotros que “no podemos, que nos vencerán, entre otros”, es cuando debemos rendirnos ante la Presencia de Dios con la certeza de que Él va delante de nosotros como poderoso gigante. Moisés experimentó esto cuando dijo en Éxodo 33:14: “Mi presencia irá contigo, y te daré descanso”. Ser conscientes de que Dios nos rodea y nos protege, nos da la seguridad de su respaldo, de que está con nosotros y nos defiende. Recordemos Isaías 54:17 “Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová”.
Dios estará allí como nuestro Redentor y nuestro Rey, escuchará cada grito de amenaza, de burla, cada palabra de desaliento y nos recordará que Él es quien pelea nuestras batallas; y que, así como David, podremos desafiar todo ataque en nuestra contra, como dice 1 Samuel 17:45 “Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado”. Nosotros los creyentes en el Nombre de Jesús, “seremos más que vencedores”.
Jesús ganó la batalla en la cruz y obtuvo la victoria sobre todo lo que quiere dañarnos y condenarnos; con su sangre derramada, anuló el acta de decretos en nuestra contra y estableció un nuevo pacto eterno que nos recuerda que somos libres y estamos a salvo en Él. Si estamos pasando por momentos de temor y angustia, apropiémonos de la promesa en Salmos 91:15 “Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré”. No es solo que lo invoquemos, sino que creamos que vendrá en nuestro rescate y nos honrará. Cada vez que pasamos por un desierto Él adereza mesa, unge nuestra cabeza con aceite delante de nuestros angustiadores y nos libra. Él estará allí y honrará al que haya pasado la prueba.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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