Conocer y creer en la palabra de Dios. Parte 1

«Señor Jesús con tu vida de ejemplo me inspiras y cuando veo tu actuar entiendo que necesito ser como tú, pues tú eres bueno. Sé que por mi fe en ti has renovado mi interior y que ahora ya no vivo yo, mas vives tú Cristo Jesús en mí. Aunque esto es una verdad, cuando miro mis actos veo que no estoy reflejando lo que tú ya has hecho en mi vida; cuando observo mis decisiones me doy cuenta que, en ocasiones, no las he basado en tus principios, sino en mis emociones. Perdóname Señor por no vivir de acuerdo a lo que tú me has enseñado y ayúdame Espíritu Santo a caminar y seguir por fe las pisadas de Jesús, mi Amado, amén.»

«Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.» Mateo 4:4

¿Habría alguna diferencia si nuestras emociones estuvieran en orden y tomáramos decisiones ya no basándonos en ellas, sino en principios bíblicos? La respuesta es: ¡claro que sí!, y hoy a través de la vida de Jesús lo comprobaremos.
En Mateo 4:1-10 las Escrituras nos revelan que Jesús, antes de iniciar su Ministerio, había decidido apartarse para dedicarse al ayuno y la oración durante 40 días y 40 noches; pero cumplido este tiempo, vemos cómo es llevado por el Espíritu Santo al desierto para ser tentado por Satanás. Es entonces, en Mateo 4:3, en donde podemos observar cómo Satanás también intenta atacar la creencia de Jesús, de la misma manera que vimos anteriormente lo hizo con Eva; lo puedes escuchar diciéndole al Señor: “Si eres Hijo de Dios”; pero la fe de Jesús no fue lo único a lo que el enemigo apuntó, pues quiso además aprovechar su necesidad (el hambre) para añadir: “di que estas piedras se conviertan en pan”; y al escuchar las artimañas de Satanás estamos viendo cómo intenta hacer caer en tentación a nuestro Señor. La gran diferencia entre la decisión que toma Jesús a la de Eva es que Cristo, al conocer la palabra de Dios y creer en ella, nunca permitió que se debilitara su fe, pues vemos a través de su respuesta cómo se aferra a la palabra de Dios y responde con gran convicción, autoridad, seguridad, certeza y confianza: “Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” (Mateo 4:4), y con esta clave, conocer la palabra y creer en ella, apaga esas mentiras del enemigo y sale vencedor.
Te preguntarás: ¿acaso yo no puedo hacer lo mismo ante algún momento de tentación o a la hora de tomar una decisión?, ¿será que, al igual que Jesús, yo también puedo sobreponer, antes que mis sentidos, ideas, pensamientos, emociones y demás, lo que me dicen los principios de Dios?, y la respuesta es: ¡sí lo podemos hacer! pero no solos, pues separados del Señor nada podemos hacer (Juan 15:5b).
En el devocional de mañana veremos más profundamente lo que significa: conocer y creer en la palabra de Dios.