Conocer-Corresponder-Compartir el amor de Cristo
2024-06-06
1. Oración inicial
«Señor Jesús, pido la ayuda de tu Santo Espíritu, pues mi anhelo es tener comunión contigo, pues sé que es ahí, en esa intimidad, donde se produce ese fruto espiritual que glorifica al Padre. Llévame a conocer tu gran amor, ese amor que ha cautivado mi vida y me ha transformado, llévame a amar a Dios y al prójimo de la misma manera como tú lo haces, para que al compartir del año agradable del Señor muchos crean en ti. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor” Juan 15:7-9.
3. Reflexiona
Los creyentes deberíamos vivir vidas que glorifiquen al Padre al igual que lo hizo Jesús durante su paso por esta tierra. Cuando miramos a Jesús vemos la manera correcta de amar a Dios (corresponder) y de amar al prójimo (compartir), de ahí la importancia de conocer el amor de Cristo.
Juan 15:5 dice: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”. Jesús nos enseña que para glorificar a Dios necesitamos permanecer en Él, esto nos habla de comunión, pues así es como se produce el fruto que glorifica a Dios, porque es en la intimidad donde el Espíritu Santo produce en nosotros amor, gozo, paz, paciencia benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza, fruto con el cual podemos tanto corresponder al amor de Cristo como compartir de su amor.
Juan 15:10 declara “Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor”. En este pasaje Jesús nos da ejemplo de la manera cómo debemos corresponder a su amor, y nos dice que es haciendo lo mismo que Él hacía: obedeciendo, así que para corresponder al amor de Cristo debemos obedecer, pero debemos saber que esta obediencia es el resultado de nuestra comunión con Dios, pues ahí obtengo el dominio propio, que es espiritual, y le da fuerza y poder a nuestra voluntad para obedecer como respuesta al amor de Dios.
Juan 15:12-13 manifiesta “Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos”. Jesús nos muestra la manera de compartir su amor, y es amando como Él mismo nos amó, entregándonos a otros, poniendo nuestras vidas al servicio de los demás.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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