Confesión y limpieza
2016-03-01
1. Oración inicial
Señor, quita la barrera que se levante entre tu y yo por mi pecado, límpiame con tu preciosa sangre y renueva un espíritu recto dentro de mi, para gozar siempre de la plenitud de presencia. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”.
3. Reflexiona
Cuando hemos pecado se levanta una barrera entre Dios y nosotros que rompe la comunión. A veces nos cuesta admitir que hemos fallado y somos negligentes en pedir perdón. Para hacerlo tenemos que ser sinceros y humildes para reconocer nuestras debilidades. No debemos temer confesar nuestros pecados a nuestro Dios. Pues, quién más que Él, conoce lo profundo de nuestro corazón y no se alejará. En cambio apartará nuestro pecado y nos atraerá hacia Él.
Cuando nos confesamos, volvemos a disfrutar de la comunión con Cristo, traemos paz y tranquilidad a nuestras almas y somos libres nuevamente de culpa. Él es fiel y justo, por eso perdona todos los pecados cometidos, o los que aún no hemos cometido, no nos rechaza si nuestra vida todavía no está perfectamente limpia.
La genuina confesión siempre debe tener el propósito de no seguir pecando, debemos batallar contra la tentación que nos lleva a reincidir. La confesión siempre debe ser continua, necesaria y automática, para no intoxicarnos espiritualmente, para disfrutar de la vida abundante y para mantener la comunión constante con Dios.
Nuestra relación con Cristo siempre será segura.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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