Compromiso inquebrantable ante Dios

Señor Todopoderoso, por tu voluntad fui creado, sé que cumplirás tus propósitos en mí, terminarás la buena obra que has iniciado en mi vida, porque tu cumples tus promesas, tu palabra es inquebrantable. Te amo Señor. Amen

“El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas”.

Cuando Dios te hizo, contempló su obra y vio que “era buena en gran manera”. Por lo tanto, no hagas caso de opiniones diferentes, de voces llenas de rencor. Valora todo tu potencial que Dios te ha dado, él te ha equipado con dones y virtudes, pero sobre todo te ha dado su Santo Espíritu para que camines de victoria en victoria. Por la gracia de Dios, podrás llegar a ser todo lo que Dios desea para ti, pues por su propia voluntad te hizo nacer, para que fueses su más preciado tesoro.
Cuantas veces nos sentimos culpables de nuestros errores y nos acusamos, pero el perdón y el amor de Dios no dependen de nuestro comportamiento, solo debemos apropiarnos de ello. Él nos escogió, no por nuestras virtudes, pues, “…siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”.
El Señor es el Dios de las segundas oportunidades, ¡y de las terceras! Escribe Pablo: “…el que comenzó en vosotros la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6). El Dios que te ha traído hasta aquí te llevará el resto del camino, porque tiene un compromiso inquebrantable contigo. ¡Solo has tu compromiso con el Señor!