Compartir en nuestro entorno
2022-08-27
1. Oración inicial
«Señor Jesús, hoy elevo mi oración al Padre en tu nombre, pidiendo por mi familia, por mis seres queridos y mis amigos, para que ellos te puedan conocer, y puedan rendir sus vidas a ti, que en mi se cumpla tu Palabra que dice: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”. Amén»
2. Lee la palabra de Dios
“Vuélvete a tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo. Y él se fue, publicando por toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él”, Lucas 8:39 RVR1960
“Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.” Hechos 16:31 RVR1960
3. Reflexiona
Contar las grandes cosas que ha hecho el Señor en nuestras vidas es un acto de obediencia, que habla de nuestro amor a Dios, pero también del amor al prójimo, pues al compartir lo que Dios hace en nosotros estamos compartiendo su amor. Ese es el ejemplo que nos da aquel endemoniado gadareno del relato del evangelio de Lucas, del capítulo 8, quien, al tener su encuentro con Jesús, y experimentar el amor, el poder y la libertad de Cristo en su vida, obedeció al mandato que el Señor le dio, y se fue publicando por toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él.
Cuando conocemos a Jesús y tenemos nuestro encuentro personal con Él, Dios también nos rescata, como a aquel gadareno, pues sin Cristo estábamos muertos espiritualmente, estamos en tumbas como aquel mismo hombre, y de ahí nos saca el Señor y nos pone en su reino, pasándonos de muerte a vida. Que al igual que aquel hombre hoy tomemos la decisión de obedecer y de contar a las personas con las cuales compartimos nuestro diario vivir de las grandes cosas que ha hecho el Señor con nosotros.
Si empezamos a compartir en nuestro entorno de lo que Jesús ha hecho con nosotros, como Él nos lo pide, la luz de Cristo empezará a alumbrar esos corazones para llevarlos a sus pies, y una Palabra grandiosa es que al creer en Jesucristo podemos ser salvos nosotros, pero también podemos pedir para que nuestra casa, es decir nuestra familia sea salva, para que cada miembro por voluntad propia tome la decisión de rendir su vida a Cristo.
Qué recompensa más grande será poder ver a nuestro lado, en la eternidad junto a Cristo, a nuestros seres queridos, gracias a la obediencia a este mandato, de ir y compartir las maravillas que Jesús ha hecho con nosotros.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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