Compañerismo y contribución
2021-05-11
1. Oración inicial
«Señor Jesús, gracias por darnos este principio tan fundamental para la vida, cuando dices en tu Palabra que mejor son dos que uno, es porque no quisiste que viviéramos aislados los unos de los otros, sino en una unión vital de compañerismo y hermandad. Llénanos de tu amor, cuidado, tolerancia y fortaleza para cumplir nuestra misión como iglesia, como familia y como parte de una sociedad, ayudando a los que nos rodean. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! Que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo? Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto”. Eclesiastés 4:9-12
“Para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que, si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan”. 1 Corintios 12:25-26
3. Reflexiona
Siempre hemos dicho que: “la unión hace la fuerza” y más la unión entre los creyentes, por eso, independientemente de las circunstancias que estamos viviendo, estar unidos unos con otros trae fortaleza espiritual, ánimo, seguridad, compañerismo y calor humano, algo que paulatinamente se ha ido perdiendo en esta sociedad llena de egocentrismo y egoísmo. Estos versículos deben motivarnos a mejorar nuestras oportunidades de comunión cristiana. Y esto no solo se refiere a los lazos del matrimonio, sino de la amistad y la fraternidad entre los hermanos en una iglesia. El aumento de dos que inicialmente menciona el pasaje a tres es significativo: mientras más amigos, mejor.
Hay muchas bendiciones cuando estamos unidos porque fuimos diseñados para vivir en sociedad no para estar aislados, por eso este tiempo de pandemia ha sido difícil para todos. Sin embargo, habrá personas que prefieren estar solos y a veces es porque sienten que no pueden confiar en nadie. Dios nos colocó en esta tierra para servirlo a Él y a los demás.
Eclesiastés describe el compañerismo como realmente debe ser: ayuda, apoyo en la dificultad, conexión, idoneidad, compartir cargas y unión conjunta, que implica trabajar unidos para un fin común. Dios nos está recordando que revisemos cómo están nuestras relaciones desde el hogar hacia afuera, en nuestro trabajo, iglesia o comunidad.
Hay muchos beneficios, sobre todo al pasar momentos duros, porque aquellos que están más cerca de Dios pueden ser los que nos ayuden a levantarnos, a seguir adelante, a desarrollar nuestro potencial, porque cuando nos colaboramos mutuamente esto aumenta la capacidad de todos.
La unidad que debe existir dentro de la iglesia es la que nos llevará a cumplir nuestra misión. Un cuerpo es sano y eficiente cuando todos sus miembros funcionamos como es debido, sin tener celos unos de otros, ni envidiar lo que hacen los demás, sino haciendo todo para la gloria y honra de Jesús que es la cabeza; entendiendo que cada uno debe responder por lo que el Señor le ha dado para hacer. Recordemos Juan 17:21 “para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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