Cómo ir al mundo
2015-11-26
1. Oración inicial
Señor, gracias por amarme, perdonarme y darme vida eterna, quiero que otros también sean salvos por tu gracia y bendición, ayúdame a llevar tu mensaje a este mundo con humildad y amor. Amén
2. Lee la palabra de Dios
«Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número. Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley. Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él».
3. Reflexiona
Tenemos el privilegio como cristianos de llevar el mensaje de salvación a toda criatura, no importa su condición social, su edad, su color de piel, si es rico o pobre, por eso necesitamos una gran dosis de amor y humildad para hacerlo y solo el Señor a través de su Santo Espíritu puede equiparnos con lo que nos hace falta. Al llenarnos de esa gracia especial, estaremos mirando a los demás con los ojos de Jesús, con compasión y misericordia. No hay cabida para señalar y juzgar a aquellos que actúan de una manera en particular. Solo de mirar su gran necesidad de amor y perdón. Lo más importante antes de que cambien, es que conozcan al Señor Jesucristo, Él es el único que puede llenar el más grande vació del ser humano.
Pablo, nos dice, que debemos ir a los inconversos, a los sujetos a la ley, a los que están sin ley, a los débiles, etc. Esto es seguir el ejemplo de Jesús que nunca le importó el que dirán, no hizo acepción de personas, fue a los débiles y enfermos, dio especial importancia a los impíos. Lucas 5:30-32 “Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores? Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento”.
En esta labor encontraremos fuerte oposición, recordemos que estamos en el mundo pero ya no somos del mundo, por eso, se requiere firmeza para influir positivamente en los demás, se requiere fortaleza para no ser contaminados por las circunstancias y debemos usar la libertad cristiana para reflejar el conocimiento de Dios. Debemos aceptar nuestras limitaciones y llenarnos del poder del Espíritu de Dios, entonces estaremos preparados para llevar el evangelio. Es una ardua tarea, que requiere del extraordinario amor de Cristo en nuestras vidas y así ser de bendición para aquellos que el Señor nos vaya colocando en el camino.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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