¿Cómo estoy tratando a Jesús?
2018-01-16
1. Oración inicial
Amado Dios, perdóname si he tomado a la ligera mi relación contigo y mi responsabilidad de amarte y servirte con un corazón integro. Ayúdame a renovar mi compromiso de amor y servicio hacia ti y hacia los demás. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”.Mateo 25:35-40
3. Reflexiona
A veces olvidamos la enseñanza del Señor Jesús en Mateo 22:37-40: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”.
En estos dos versículos Jesús resumió los diez mandamientos del Antiguo Testamento. Todas las obligaciones morales como creyentes están resumidas en la palabra “amarás” expresada en dos direcciones: hacia Dios y hacia el prójimo, estas ofrecen el fundamento para nuestra vida cristiana. Esto debe recordarnos que nuestra relación con Dios es una alianza de dos vías. Él derrama su amor y misericordia sobre nosotros y como respuesta a ese amor no debemos olvidar cumplir nuestra parte de ese pacto, que es la expresión del amor y servicio a Él y a los demás.
El amor es la fuente natural de obediencia voluntaria. El amor mueve nuestro ser a servir a Dios y a otros. Obliga a nuestra naturaleza a amar a Dios y al prójimo con todas nuestras facultades.
La mejor evidencia de nuestro cristianismo es la forma en que actuamos con los demás, no es fácil tratar a otros como si estuviéramos tratando al mismo Jesucristo, pero es lo que Él nos pide: “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”. ¿Realmente nos preocupamos por los demás? La pregunta aquí sería: ¿Hay diferencia entre nuestras acciones y las de los incrédulos? ¿Ayudamos a los necesitados, visitamos a los enfermos, a los que están presos, alentamos a los que están en desánimo, fortalecemos a los que están débiles en la fe? ¿Cómo estamos tratando a Jesús? Recordemos que cuando hacemos algo por alguien lo estamos haciendo para Él, cuando extendemos nuestros brazos y manos para consolar y ayudar a otros también estamos abrazando al Señor.
No olvidemos que el primer objeto de nuestro amor y adoración es el Señor y después amar al prójimo. La esencia de la ley divina expresada en una sola palabra: “amor”.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn