Comience a alabar a Dios

Padre Bueno, todos los días de mi vida te alabaré, porque para la gloria tuya me creaste, y te exaltaré mi Dios, mi Rey y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. Grande es tu nombre. Te amo Señor. Amen.

“En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo.», Isaías 6:1-4
“Alegraos, oh justos, en Jehová; en los íntegros es hermosa la alabanza”, Salmo 33:1

La alabanza, de acuerdo a la Biblia, requiere de un corazón íntegro y es lo más sublime que puede hacer el creyente. La alabanza que Dios desea, debe ser llena de gozo, sin impedimentos y a veces a voz en cuello.
La Biblia nos cuenta en Isaías 6 como se hace la alabanza en el trono celestial. Los serafines alaban tan fuertemente que hacen temblar los quiciales de las puertas y, cuando lo hacen, la gloria del Señor llena la casa. Dios es Digno de ser alabado. Dios nos ha creado y nos ha hecho sus hijos para que le alabemos.
La alabanza implica un esfuerzo, un acto sacrificial. Hebreos 13:15 dice “Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre”, es decir, tenemos que prepararnos, es algo que nos cuesta, tenemos que dedicar tiempo y talentos al ofrecerla.
La alabanza nos ayuda a recordar las obras del Señor en nuestra vida y nos permite crecer en nuestra confianza en Él ante cualquier situación que enfrentemos. 2 Samuel 22:4 dice: “Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de mi enemigos”.
Por tanto, olvide sus prejuicios, sus criterios y opiniones, y con libertad glorifique a Dios en todo tiempo, con lo que habla, con un corazón recto, con cantos, con Inteligencia, batiendo las mano, con Instrumentos y danza, con alegría y júbilo, en resumen con su caminar diario. ¿Así alaba a Dios?