Ciudadano celestial. Parte 3
2016-10-18
1. Oración inicial
Señor, guíame a vivir fijando mi pensamiento en las cosas celestiales, y como buen ciudadano celestial, vivir conforme a tus principios y preceptos administrando con sabiduría el tiempo y las bendiciones que tu me das, amén.
2. Lee la palabra de Dios
«Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal. Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;», Filipenses 3:18-20
3. Reflexiona
La ciudadanía dada por Dios a nosotros, mediante el sacrifico en la cruz, no sólo nos da un estatus espiritual, sino que es una verdad que nos invita a abandonar el comportamiento carnal, a dejar de solamente pensar en los deseos temporales. Muchos de nosotros gastamos toda nuestra vida con objetivos y metas terrenales, como una casa, un carro, estudio; lo cual no esta mal, si no es nuestro objetivo prioritario. Es decir conforme dice la palabra de Dios, en Hebreos 13:5 “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;”. Esta es la clave, colocamos nuestra esperanza, nuestra prioridad en el creador de todas las bendiciones, no en las bendiciones. Cuando gastamos todo nuestro tiempo y no dedicamos tiempo de calidad a nuestra familia, por ejemplo, estamos mostrando que nos importa mas conseguir las cosas materiales. Por lo tanto nuestro carácter debe ser equilibrado, no buscando ambicionar riquezas desmedidas, si no ser un excelente administrador de las cosas que Dios dispone, cuidando que nuestro corazón no caiga en avaricia, pues esto causa que nos desviemos de la fe, conforme nos enseña la palabra, 1 Timoteo 6:10.
Por lo tanto un ciudadano celestial administra con sabiduría y prudencia lo que Dios provee en la tierra, no buscando su propia gloria, sino la de su Padre, con el fin de que todos conozcan la salvación. Usemos nuestros bienes para que todos vean la generosidad de los hijos de Dios y para llevar verdaderamente el mensaje de vida eterna.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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