Ciudadanía en el reino de los cielos
2016-06-20
1. Oración inicial
Amado Dios, llena mi mente y mi corazón de los más puros y sublimes sentimientos de amor por ti, quiero poner mis ojos en Jesucristo, amarle sin medida y seguirle cada instante de mi vida. Te amo Cristo. Amen
2. Lee la palabra de Dios
“Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal. Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas”, Filipenses 3:18-21
3. Reflexiona
Jesús tiene demandas para nuestra vida que necesitamos cumplir para seguirle.
Es triste que algunos se han hecho enemigos de la cruz de Cristo y han olvidado que nuestra ciudadanía está en los cielos y lo decía Pablo con lágrimas en sus ojos pero todos tendremos recompensa, buena o mala.
Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo…»
Las Escrituras nos instan a mirar las cosas de arriba, a pensar en el mundo espiritual invisible. Todo el mensaje de Cristo estuvo centrado en obtener las cosas que perduran, que son eternas y no en las que perecen en esta tierra. La Biblia dice: “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios”.
La historia registra que casi todos los apóstoles (a excepción de Juan) murieron trágicamente como mártires de la iglesia (atravesados con lanza, colgados, crucificados, torturados, etc.).
Durante los tres primeros siglos de la iglesia, la historia registra a lo menos 10 persecuciones de lo más violentas donde los cristianos fueron muertos de las formas más atroces, Y a pesar de todas estas continuas persecuciones, la Iglesia crecía diariamente, profundamente arraigada en la doctrina de los apóstoles, regada abundantemente con la sangre de los santos.
Frente a esta escena preguntémonos ¿Somos nosotros sólo simpatizantes? ¿Solo participantes del domingo? Jesús demanda mucho más, pues somos ciudadanos del Reino de los cielos.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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