Camino a la cruz
2015-11-21
1. Oración inicial
Amado Señor, cada día de mi existencia me niego a mí mismo, tomo mi cruz y te sigo, crucificó mi orgullo, mi autosuficiencia y mi naturaleza de pecado. Te pido Señor me llenes con tu Santo Espíritu para vivir mi vida como grato olor para ti. Te amo Señor. Amen
2. Lee la palabra de Dios
“Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota; y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio”
“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”
3. Reflexiona
Todos sabemos que Jesús marchó al Calvario, y los creyentes también tenemos que marchar a la cruz.
Todo creyente debe ser crucificado con Cristo. Pablo lo dijo en Gálatas 2:20 “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”.
Aquellos que tienen hambre y sed del Señor, participan de una experiencia más profunda de esta realidad. Es cierto nadie quiere ir a la cruz. Este es el último lugar adonde cualquier persona quisiera ir, pero es la única manera de ser partícipes de lo mejor que Dios tiene para nuestras vidas. Pero Jesús mismo, toma amorosamente su mano y le guía a la cruz. El camino a la cruz, no lo camina con su familia o sus amigos. Es un viaje solitario con el Señor Jesús, porque tiene que aprender a depender y confiar totalmente de Él.
Mientras estamos en la cruz, nuestro egocentrismo, nuestra insuficiencia y fracasos son puestos al desnudo Él quita las máscaras de las mentiras que hemos creído y comenzamos a vernos a nosotros mismos como Él nos ve. La cruz nos quebranta para que demos fruto. Si nos aferramos a nuestras vidas, y nos negamos a hacer este recorrido, seremos como un grano de trigo que nunca es sembrado y jamás germina. Pero quienes estén dispuestos a morir a sí mismos producirán abundante fruto espiritual. La única manera en que Cristo puede vivir por medio de nosotros es crucificándonos juntamente con El.
Dios no quiere que usted esté satisfecho con solamente su salvación. Hay mucho más que Dios desea darle y llevar a cabo por medio de usted. ¿Está dispuesto a marchar a la cruz con Él? Es doloroso, pero las recompensas en esta vida y en la eternidad superan con creces cualquier sufrimiento que usted experimentará.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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