Caminar con Dios
2022-01-17
1. Oración inicial
«Dios, que hermoso es caminar contigo, caminar a la luz de la verdad, la justicia y la equidad; te doy gracias por permitirme conocerte y por enseñarme el camino que debo escoger. Te pido que me concedas la gracia y el conocimiento para siempre elegir hacer tu voluntad y no dejarme impregnar por las ideas e inclinaciones de la multitud; ayúdame a ser luz, en el nombre de Jesús, amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé”. Génesis 6:9
3. Reflexiona
Algo que podemos aprender de la vida de Noé es que, a pesar de que el pensamiento de sus semejantes era solamente al mal, Noé era diferente, pues con Dios caminó Noé. Nosotros como creyentes de la presente época también debemos marcar la diferencia, no siendo parte de la multitud que vive conforme a los deseos de su corazón y no con base a los principios de Dios.
Otro claro ejemplo de caminar con Dios lo podemos observar cuando hacemos un breve repaso de la vida de Jesús, pues la Escritura en 1 Juan 2:6 nos exhorta a andar como Jesús.
Podemos notar que Jesús se levantaba muy temprano a orar (Marcos 1:35).
Para Jesús hacer la voluntad de Dios era como su alimento físico, “Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.” (Juan 4:34)
A Jesús le agradaban los niños y los bendecía (Marcos 10:13-16).
Las palabras de Jesús y sus enseñanzas siempre eran con base a la verdad, a la palabra de Dios (Juan 8:46-47).
Jesús reconocía su dependencia del Padre para toda obra que realizaba y toda palabra que enseñaba (Juan 14:10, Juan 12:49).
A Jesús no le gustaba la hipocresía, denunciaba a aquellos que pretendían mostrar exteriormente algo contrario a lo que eran interiormente (Juan 22:27-28).
La esencia del carácter de Cristo es su amor y compasión, como ejemplos tenemos: la resurrección de Lázaro donde Jesús lloró (Juan 11:33-34, Juan 11:38-44), la resurrección de la Hija de Jairo el cual le rogó a Jesús para que fuera a su casa y la salvara, a lo que Él accedió (Marcos 5:21-23, Marcos 5:35-43) y el caso de la mujer adúltera donde Jesús impidió que la mataran apedreándola y en lugar de eso la perdonó y la liberó de su pecado (Juan 8:3-11).
Y tú, ¿caminas con Dios? ¿Andas como Jesús?
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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