Caminando en libertad
2018-07-15
1. Oración inicial
Señor, permíteme hoy levantarme, alzar la vara de autoridad que me has dado para quitar de mi camino toda situación que me está esclavizando. Haz que ponga en marcha mi fe y confié plenamente en las promesas de tu Palabra. No quiero ser más esclavo sino libre porque me has adoptado como hijo. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos. Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco”, Éxodo 14:14-16
“Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo. Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo”, Gálatas 4:3-7
3. Reflexiona
Cuando el pueblo de Israel salió de Egipto, Dios intervino para librarlos de una manera sobrenatural. Este es uno de los tantos acontecimientos donde se ve a Dios actuando en favor de la humanidad. Hoy sigue liberando a muchas personas de la esclavitud del pecado y sigue mostrando su poder para lograrlo.
Así como el faraón de Egipto reaccionó y se arrepintió de haber dejado ir a los esclavos israelitas y empezó a perseguirlos, el enemigo que nos tenía en la esclavitud del pecado está volviendo para buscarnos y dominarnos nuevamente.
Él sabe que tenemos dudas, como los israelitas cuando vieron que el ejército egipcio venía sobre ellos y comenzaron a mirar atrás, a atemorizarse y a desear no haber salido de Egipto y volver a la esclavitud. Esta es la mentalidad de esclavo que debemos superar y sólo se logra si hacemos lo que Dios dice a Moisés: “¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco”. Cuando tememos o cuando dudamos perdemos de vista el mar de bendiciones y milagros que Dios tiene frente a nosotros, nos quedamos inmóviles, no damos pasos de fe para que se abra el camino de las oportunidades.
Vivir la vida cristiana es un desafío diario, cuando vemos los problemas en el fondo queremos volver a nuestra vida anterior, esto es volver a ser esclavo del mundo y del enemigo. Nos da miedo marchar hacia la libertad porque implica dejar todo atrás, lleva un sacrificio, un costo y obediencia a la Palabra de Dios. Dios nos invita a abandonar Egipto: la idolatría, el pecado, la incredulidad (características de ese lugar de esclavitud)
Cuando nos volvemos creyentes debemos asegurarnos de que no quede en nosotros ningún vestigio de esclavitud. Tenemos que renovar nuestra mente a la luz de las Escrituras y comenzar a caminar como hijos con la libertad que Cristo nos ha dado.
Dios hoy nos repite estas palabras: “¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen”. Es tiempo de actuar y vivir por fe, nos ha dado su autoridad, nos ha delegado cosas para que las pongamos a funcionar. Si queremos que Dios haga grandes cosas a través de nosotros es tiempo de movernos y marchar, es tiempo de capacitarnos, orar, estudiar su Palabra y hacer ajustes en nuestra vida para cumplir la voluntad de Dios.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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