Caminando en fe
2020-10-19
1. Oración inicial
«Señor, ayúdame a ser agradecido contigo, que nunca olvide que te entregaste por mí en una cruz y me diste salvación, quiero tener presente en mi corazón el día que me rescataste de manos del enemigo y me diste la libertad que necesitaba. Úsame para inspirar a otros a buscarte a ti y a obedecer tu Palabra aunque no entienda lo que me pides. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
Lucas 17:11-19 “Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados. Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano. Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado”.
3. Reflexiona
A veces los padecimientos comunes hacen que se rompan las barreras sociales y raciales, como en el caso de estos diez leprosos, uno de ellos era samaritano, pero los otros que eran judíos le permitieron andar con ellos. Todos eran seres necesitados de compañía y ayuda mutua. Los leprosos se pararon de lejos cumpliendo con las leyes de distancia, más o menos de 50 metros que los separaran de los sanos. Ellos tenían que vivir en absoluto aislamiento.
Nosotros con esta pandemia hemos podido experimentar lo que es estar aislados de las personas que amamos, y lo difícil que ha sido relacionarnos con los demás por el distanciamiento, podemos entender un poco lo que estos hombres sentían.
Gritaron a Jesús por la distancia y Él simplemente les dio una orden: “vayan preséntense delante de los sacerdotes”, esto implicaba que su fe se demostraría por la obediencia y llevaría a la curación. Mientras iban en obediencia fueron todos sanados. Es importante destacar que las respuestas de Dios vienen cuando pongo mi fe en acción y hago lo que Dios me pide aunque parezca una orden carente de sentido. Vemos aquí que todos fueron sanados, pero sólo uno se detuvo y se devolvió para alabar y agradecer a Jesús por su sanidad, y ese fue el samaritano. A menudo somos desagradecidos con nuestro Dios cuando contesta nuestras oraciones, muy pronto olvidamos.
La verdad es que todos somos leprosos espirituales y esto debería mantenernos humildes cada vez que nos acercamos a Jesús. El que se devolvió no solo recibió la cura física externa sino que recibió la cura espiritual al creer en Jesús, fue salvo. Esa es la diferencia entre los que buscan a Dios sólo para que responda a su necesidad y los que lo buscan de veras, porque tienen sed espiritual.
El milagro no ocurrió sino hasta que se pusieron a andar el camino, esto muestra la obediencia de la fe en su Palabra. ¿Estamos dispuestos a obedecer al Señor aunque la respuesta esté en proceso y tenga que esperar?
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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