Benignidad
2019-01-10
1. Oración inicial
Señor te pido que las impurezas de mi carácter sean quemadas por la presencia purificadora de tu Espíritu, anhelo ser misericordioso como tú. Ayúdame a ser amable, paciente y dulce en mi trato con todos aquellos que están angustiados y oprimidos, sólo así podré conducirlos a la libertad en Cristo. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
«Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia», Colosenses 3:12
3. Reflexiona
El Señor Jesucristo siempre nos motiva a crecer y madurar en esta virtud porque así se forma un carácter como el de Dios. Aferrémonos a la fe y a su Palabra en medio del fuego de las dificultades humanas, para ser misericordiosos y benignos como Él es.
Benignidad viene del griego original “jrestótes”, encierra la idea de una amabilidad que llena toda nuestra naturaleza, se traduce también como dulzura. La amabilidad y la bondad están íntimamente relacionadas. Pablo usa el vocablo “agathosyné” y se define como: «la virtud totalmente equipada, una bondad que es amable”. ¿En qué se diferencian? “Agathosyné” puede, y debe, reprender y disciplinar, “jrestótes” no hace más que ayudar.
Jesús dio muestras de ambas, una limpiando el templo cuando lo habían convertido en un bazar y la otra defendiendo a la mujer pecadora. Los cristianos necesitamos ser amables y fuertes al mismo tiempo. Las únicas personas que Jesús trató con dureza fueron a los hipócritas religiosos de su época, pero a todos los demás con una maravillosa amabilidad. Muchas personas que quieren conocer de Cristo se han desilusionado por el fariseísmo, frío y rígido cristianismo que se aferra a un código legalista desprovisto de compasión, donde se juzga duramente al pecador y hasta se repudia. Jesús trató a los pecadores con ternura y afabilidad.
La benignidad lava todo lo que es duro y austero, es el amor sufrido y constante por esas personas demasiado duras y estrictas consigo mismas y con los demás. Por eso en nuestras iglesias hay una imperiosa necesidad de ser amables, pues los seres humanos entre más conocen tecnología y avances científicos, han endurecido más su corazón y les cuesta ser amables con otros. Esta generación necesita de una predicación firme pero que no carezca de la ternura de Dios, para poder guiar sus desesperanzados corazones al amor de Cristo.
En este mundo carente de misericordia los cristianos estamos llamados a hacer actos de benignidad y amabilidad. 2 Timoteo 2:24 -26 “Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él”.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn