Avivando nuestra vida espiritual. Parte 1
2022-02-06
1. Oración inicial
«Amado padre celestial, a través de tu palabra me has advertido que no permita que las preocupaciones, las inquietudes y afanes de este mundo ocupen el primer lugar en mi corazón, de tal manera que invierta mis prioridades y me olvide de ti. Nada saldrá bien si no eres el que dirige cada aspecto de mi vida, porque separado de ti nada puedo hacer. Bienaventurado es el que toma al Señor como su Dios y confía plenamente en lo que Él tiene para su vida, por eso quiero que seas mi prioridad. En el nombre de Jesús. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Entonces vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo: ¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta? Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos. Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos”. Hageo 1:3-7
3. Reflexiona
El libro de Hageo plantea tres problemas comunes a todos los pueblos y yo diría a todas las personas. El primero de ellos es el desinterés. El pueblo de Israel había retornado de su exilio con el propósito de reconstruir el templo de Jerusalén y había comenzado la tarea, pero ante la oposición de los enemigos desistieron y se detuvo la obra, se habían interesado más en reconstruir sus propias casas y entraron en apatía espiritual.
Esto sucede muy a menudo en la vida cristiana, cuando empezamos a crecer espiritualmente y comenzamos a estudiar la Biblia, iniciamos con entusiasmo y perseverancia, pero ante el primer tropiezo, cuando se oponen a que conozcamos del Señor, cuando rechazan el mensaje que damos del evangelio, cuando estorban nuestro crecimiento, vamos perdiendo el interés y preferimos parar para evitar los problemas, detenemos la obra que el Señor ha comenzado en nosotros, eso solo denota inmadurez espiritual.
Lo triste es que nuestra vida se vuelve infructuosa, porque perdemos la perspectiva y nos dedicamos a las cosas del mundo como todos los demás. Los esfuerzos por construir primero lo material y mundano antes que lo espiritual resulta en fracasos que nos hacen tambalear en nuestra fe. Quienes triste y equivocadamente anteponen lo material a Dios salen perdiendo. Debemos entonces reorganizar nuestras prioridades y el primero en la lista es Dios, si queremos una vida bendecida. En Mateo 6:33 se nos da el orden correcto “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.
Los tiempos que estamos viviendo demandan actitudes de servicio y compromiso con el Señor, es tiempo de ordenar nuestras prioridades y que nos ocupemos de las cosas de Dios para glorificar su nombre en esta tierra. Hageo 1:8 dice: “Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová”. Es tiempo de actuar, el mundo necesita cristianos crecidos espiritualmente que sean testimonio para aquellos que no le conocen, que este 2022 sea el año de tomar con determinación nuestra edificación espiritual. Cuando Dios habla, transmite vida. Esa es la clave de todo despertar espiritual.
Motivémonos con estas palabras de Pedro en 2 Pedro 3:18 “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén”.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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