Aumenta tu fe y conoce la voluntad de Dios

«Padre bueno, en este nuevo día quiero que aumentes mi fe, que tu palabra me llene espiritualmente como el alimento que es, que sea tu Santo Espíritu revelándome tu voluntad en ella y glorificando a tu Hijo, te lo pido en el nombre de Cristo Jesús y dándote gracias por medio de Él, en quien me das todo. Gracias Padre. Amén.»

“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” Romanos 10:17
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” Romanos 12:2
“Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.” Mateo 13:58

Quizá la fe es uno de esos grandes dilemas que a veces tenemos como creyentes, pues antes de conocer la verdadera fe solíamos poner nuestra esperanza y confianza en diversos objetos que no tenían vida, ni fundamento real y mucho menos poder, pero a los cuales le “poníamos fe” y tal vez, algunas veces, conseguíamos lo que queríamos; y he aquí la diferencia, hemos aprendido que la verdadera fe está en creer en el único Dios omnipotente, omnisciente y omnipresente, y que ahora ya no es mi voluntad sino su voluntad.
Pero ahora otro cambio bien trascendental que debemos realizar, es la forma en la que buscamos aumentar nuestra fe y conocer la voluntad de Dios, porque puede que también estemos intentando hacerlo como solíamos realizarlo en el pasado, cuando confiábamos en objetos sin sentido.
Pues bien, el día de hoy el Señor quiere enseñarnos de manera clara y precisa tres cosas:
1) Aumentar nuestra fe depende única y exclusivamente de cuánto leemos, escuchamos y estudiamos la palabra de Dios. (Romanos 10:17)
2) Conocer la voluntad de Dios se da como resultado de cambiar nuestra forma de pensar, la cual es renovada por medio de escuchar, leer y estudiar su palabra. (Romanos 12:2)
3) La incredulidad, dada por no leer, escuchar y estudiar la palabra de Dios, es la que no permite que obre el poder de Dios en nuestras vidas. (Mateo 13:58)
Así que hermanos, es hora entonces de iniciar o continuar más intensamente el verdadero proceso para aumentar nuestra fe, conocer la voluntad de Dios y permitir que el Señor obre poderosamente en nosotros.