Apresúrate a restaurar tu relación con Dios (Segunda parte)
2020-04-05
1. Oración inicial
«Amado Dios, jamás quiero ocultar mi pecado, ni encubrirlo, ni mucho menos culpar a otro por mis faltas, hoy reconozco mi iniquidad y confieso ante ti mi debilidad. Y te agradezco Padre, porque tu Hijo Jesús cargó con todos mis pecados, para darme el perdón. Me apropio de esta bendición. Gracias Señor. Amén. «
2. Lee la palabra de Dios
“Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; y tú perdonaste la maldad de mi pecado” Salmo 32:5
3. Reflexiona
Confesar nuestros pecados es el método correcto para restaurar la comunión con Dios, sin importar cuan enjaulados en el mundo nos encontremos, lo fundamental es reconocer, declarar, contar, descubrir nuestro pecado delante de Dios y cambiar de dirección para restaurar el compañerismo y relación con Él.
Confesar el pecado significa apresurarse a ir al Padre a través de Jesucristo y apartarse de todo mal, así como terminar con relaciones que son abominación a Dios. No debemos negar, ni encubrir, ni ocultar el pecado, pues Dios lo ve todo, solo debemos confesarlo y apropiarnos de su perdón.
Ahora, si te sientes vil e inmerecedor del perdón y la gracia divina, recuerda la parábola del hijo pródigo descrita en Lucas 15, quien cambió el amparo de un padre benigno, para ir a caer bajo un patrón despiadado y cruel donde no podía ni siquiera comer la comida de los cerdos que cuidaba. Este hijo “volviendo en sí”, recapacita sobre su mal proceder, y sabiendo que en casa de su padre hay abundancia y bienestar, regresó sucio y maloliente, a su hogar. Esperaba recibir un trato como un criado más, pero su padre le recibió con sus brazos abiertos, le expresó su amor y aceptación tal como estaba, le puso ropas nuevas, un anillo en su dedo y calzado a sus pies y el mejor banquete para celebrar su regreso.
Esto nos muestra el gran amor de Dios, Él quiere restaurar la comunión contigo, por eso, solo confiesa tus faltas, pues el perdón de los pecados presentes, pasados y futuros, fue un asunto tratado y consumado en el Gólgota hace más de dos mil años, allí en un trato íntimo entre el Dios ofendido en su santidad y su Hijo sustituto y voluntario, todos tus pecados fueron perdonados.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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