Apresúrate a restaurar tu relación con Dios (Primera parte)
2020-04-04
1. Oración inicial
«Padre Amado, me presento delante de ti con un corazón contrito y humillado, reconociendo mi pecado y mi maldad; me confieso delante de tu presencia con firme arrepentimiento, pues hoy dejo morir lo terrenal en mí y me apropio de tu inmenso perdón para restaurar mi relación contigo. Gracias Señor. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” 1 Juan 1:9
3. Reflexiona
Qué maravilloso es recibir la libertad después de estar en una prisión, y ser liberados de la ley del pecado y de la muerte, para quienes hemos creído en la obra extraordinaria de Jesús en el Calvario, siendo perdonados por medio de la sangre derramada en la cruz. Pero, si aún a pesar de esta gran verdad, estás en pecado, apresúrate, corre hacia Jesucristo, arrepiéntete y encontrarás el perdón.
Colosenses 3:5-9 dice: “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, […] Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos”. Esto de despojarse o de hacer morir en nosotros, parece algo fácil pero siempre se termina haciendo lo opuesto, y por consiguiente alejándose de Dios para continuar en el pecado. Cuando esto suceda, no huyas de Dios, confiesa tu pecado y vuelve al Camino que es Jesucristo.
Dice la biblia que “Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados” (Miqueas 7:9) y aún más, nos limpia de toda maldad y nos hace nuevas criaturas. Pero ¿qué nos corresponde hacer a nosotros? Tenemos que arrepentirnos, lo cual es un cambio de mente, sentimientos y de voluntad en cuanto al pecado. Esto implica dejar nuestro estilo de vida pasado, abandonar intencionadamente el pecado y volvernos a Dios. Es un cambio de actitudes. Es tomar decisiones radicales una a una, pues no se puede cambiar de un solo golpe toda la vida, pero hay que comenzar ya.
Hermano, si andas en malos caminos, confiésalo ante Dios y Él te ayudará a cambiar tu manera de pensar y de actuar. Confesar los pecados es un paso importante en nuestra restauración y santificación para tener una relación íntima con Dios.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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