Andando como hijos de luz
2021-08-08
1. Oración inicial
«Padre misericordioso, has mostrado las abundantes riquezas de tu gracia hacia nosotros en Cristo Jesús, perdonando nuestros pecados y dándonos una nueva vida; nos has hecho nuevas personas para alabanza de tu gloria. Te pedimos, Padre Santo, que nos permitas entender y vivir esta nueva posición como tus hijos, miembros de tu familia, morada de tu Espíritu, santos y luz en el Señor; gracias poderoso Dios, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz” Efesios 5:8
3. Reflexiona
En nuestro pasado éramos tiniebla, hacíamos las cosas guiados por nuestros deseos engañosos, siguiendo la corriente del mundo y todo lo que obrábamos estaba en contra de la voluntad de Dios; pero, Dios por las riquezas de su gracia en Cristo, nos rescató; gracias a nuestra fe en Jesús, ese hombre del pasado murió con Cristo y ahora hemos sido hechos nuevas personas y luz en el Señor (Efesios 2:5-10, Efesios 5:8).
Por lo cual, el Señor nos invita a que renovemos nuestra manera de pensar, que ya no lo hagamos como antes, sino que ahora nos vistamos de esa nueva persona que Dios ha creado en la justicia y santidad de la verdad; es decir, que dejemos atrás las mentiras y hablemos siempre con la verdad, que nuestro dinero no sea fruto de corrupción o engaños, sino fruto del trabajo honesto con nuestras manos y así tener algo que compartir con los más necesitados (Efesios 4:24-25, 28).
En nuestras conversaciones no debemos incluir palabras deshonestas, corrompidas, groseras, frases carentes de razón e inteligencia o chistes groseros; cuando abramos nuestra boca que sea para edificar a quienes nos escuchan y siempre, teniendo cuidado de que sea agradable para Dios (Efesios 4:29, Efesios 5:4).
No es bueno que guardemos en nuestro corazón amarguras, odios, iras o cualquier tipo de sentimiento que nos lleve a actuar con maldad; la Palabra de Dios dice que debemos perdonar a los demás, aún si ellos no se lo merecen, pues esta fue la manera cómo Dios también nos perdonó a nosotros en Cristo; nuestro llamado es a ser misericordiosos y compasivos en todo tiempo y amarnos unos a otros de la misma manera que Dios nos ha amado (Efesios 4:32, Efesios 5:2).
En general, que pensemos, hablemos y actuemos como hemos oído y aprendido de nuestro Señor Jesucristo.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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