Alábate de conocer al Señor

Amado, Señor hazme humilde para reconocer que todo lo que tengo y todo lo que soy, es por tu gracia. Permíteme reconocer que solo tú, me has dado la inteligencia, las habilidades y la capacidad para obtener las todas las cosas. Amén.

“Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová”.

Las cosas que consideramos de gran valor, solo son temporales, el conocimiento intelectual, las habilidades físicas y manuales y el poder económico. La Biblia dice que el mundo pasa y sus deseos. Pero, lo que Dios considera de gran valor es el conocimiento de Él.
El éxito a veces nos aleja gradualmente de la presencia del Señor, estamos tan ocupados en nuestros planes, en nuestros negocios, en nuestro conocimiento que dejamos de última nuestra área espiritual y hacemos caso omiso al llamado de Dios.
Recordemos lo que dice Marcos 8:36 “Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?”. Por desconocimiento de Dios podemos caer en orgullo pecaminoso, y nos jactamos de todo lo que hemos logrado. Cuando hacemos a Dios a un lado, engañamos y endurecemos nuestro corazón y a la final podemos traer ruina a nuestra alma.
El orgullo puede resultar el más serio de los pecados espirituales, tiende a convertirse en arrogancia, vanagloria, presunción, egoísmo, algo que Dios aborrece. Jesús claramente nos dice que separados de Él nada podemos hacer, nada tiene significado, nada vale la pena, ni tiene trascendencia, pues nada de lo terrenal nos llevaremos al cielo. La mejor decisión que un ser humano puede tomar es invertir tiempo en conocer y entender a Dios. Entonces el éxito en su vida, será para la gloria y honra de Él y nada de lo que haga será en vano.