Alaba con todo tu ser
2016-08-01
1. Oración inicial
Amado Dios gracias por todo lo que haces, por tu favor y bondad para conmigo, quiero alabarte con todo mi ser, llena mi corazón de gozo, de gratitud y de devoción a ti, para que los dichos de mi boca, la meditación de mi corazón y mis expresiones de alabanza, glorifiquen siempre tu Santo Nombre. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Y David danzaba con toda su fuerza delante de Jehová; y estaba David vestido con un efod de lino. Así David y toda la casa de Israel conducían el arca de Jehová con júbilo y sonido de trompeta. Cuando el arca de Jehová llegó a la ciudad de David, aconteció que Mical hija de Saúl miró desde una ventana, y vio al rey David que saltaba y danzaba delante de Jehová; y le menospreció en su corazón”, 2 Samuel 6:14-16
3. Reflexiona
El Rey David era un hombre de alabanza y adoración. Se llenaba de tal regocijo al estar en la presencia de Dios, que no le importaba expresar su gozo con danza. En ese tiempo eran las mujeres las que danzaban con panderos, acompañando las grandes victorias, no los hombres y menos un rey. Quizás, esto explica un poco la molestia de Mical su mujer, pero fue obvio que lo que ella sintió fue desprecio por él. Pensó que quizás no era digno de un rey expresar tal emoción. Pero ese desdén que sintió por su esposo se convirtió en un problema para ella. Los sentimientos de amargura y resentimiento pueden destruir una relación. Además acabó siendo estéril por el resto de su vida.
Los hebreos como otros pueblos antiguos usaban danzas sagradas para sus celebraciones solemnes y para conmemorar el favor y la bondad de Dios. El rey David no le importó su envestidura de rey, solo quería homenajear a Dios con gozo, mostrando su cálida piedad y gratitud hacia Él.
Recordemos entonces que Dios valora altamente la devoción con que su pueblo le adora. La humildad de David tiene mucho que enseñarnos. La alabanza debe ocupar un lugar especial en nuestra vida. Es una expresión de admiración y estimación a Dios por todo lo que Él hace. Todo lo creado por el Señor debe rendir alabanza y más nosotros que somos sus hijos. Como dice Salmo 148:14 “Él ha exaltado el poderío de su pueblo; Alábenle todos sus santos, los hijos de Israel, El pueblo a él cercano. Aleluya”.
El Arca tipificaba la presencia de Dios y David estaba presente con grandes expresiones de gozo. Recordemos que Dios habita entre las alabanzas de sus escogidos. Sirvámosle con todo nuestro cuerpo y alma, y con todo don y poder que poseamos. Adoremos al Señor con todo nuestro ser como una respuesta adecuada a su presencia. En esta ocasión David dejó de lado sus ropajes reales y se puso una simple túnica de lino. Dejemos el orgullo y las apariencias, aprendamos a alabar a Dios con sencillez y amor, agradeciendo todas las victorias y logros espirituales. Tengamos cuidado de no criticar otras formas de adoración. Hacerlo puede hacer menguar nuestros frutos.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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