Al fondo del mar echó mi maldad
2016-02-25
1. Oración inicial
Señor, dame un espíritu perdonador como el tuyo y renueva mi mente, para perdonar a otros, así como lo has hecho conmigo, y poder disfrutar de la verdadera libertad, quitando todo odio, resentimiento de mi corazón por las ofensas que he recibido. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
«El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados».
» añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado».
3. Reflexiona
Dios es el único que indulta los pecados y las deficiencias humanas. Su Palabra dice que sepulta nuestras iniquidades y echa en lo profundo del mar nuestros pecados, no cerca de la playa donde puedan reaparecer, sino en lo profundo, para que no salgan más a flote, por eso, nos asegura no acordarse más de ellos. Dios se cuida de que nunca sean recordados contra el pecador. Que bendición sería si nosotros pudiéramos hacer lo mismo con nuestro prójimo, pero muchas veces oímos la expresión “yo perdono pero no olvido”. Para poder hacerlo tenemos que tener la mente de Cristo y revestirnos de su Espíritu que nos da la capacidad para perdonar.
¿Por qué perdona Dios? Por su compasión, por su amor, por su gracia y por su misericordia. La sangre preciosa de Jesús derramada en la cruz quitó nuestro pecado. Desapareció de la vista y de la mente de Dios cada uno de ellos. Como dice: Isaías 38:17 “He aquí, amargura grande me sobrevino en la paz, más a ti agradó librar mi vida del hoyo de corrupción; porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados” e Isaías 43:25 “Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados”.
El Señor es el que nos da libertad, porque rompe el poder del pecado para que no tenga dominio sobre nosotros, cuando quita la culpa y su gracia es suficiente para someterlos, de modo que no nos gobiernen, ni destruyan. Dios quiere que nosotros perdonemos completamente a los que nos ofenden, esto es perdonar y olvidar, no trayendo a nuestra memoria los asuntos pasados, que ya han sido limpiados por la sangre del Cordero, solo así podemos disfrutar de la verdadera libertad en Cristo Jesús.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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