Actitudes para con los demás
2018-07-29
1. Oración inicial
Señor, gracias por mostrarme que debo tener una conducta libre de censuras y dar testimonio de tu presencia en mi vida, llevando siempre tu Palabra sin ira y contienda, sabiendo que eres el Señor de todos y que tú cumples tu perfecta voluntad en esta tierra. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición. Porque: EL que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño; Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal. ¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien? Más también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis, sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo”, 1 Pedro 3:8-16
3. Reflexiona
En este aparte de su carta, Pedro reúne las cualidades que debemos cultivar como creyentes. La primera exhortación es a mantener la unidad cristiana para que no haya divisiones entre los hermanos, sino que seamos de una sola mente y corazón. Las contiendas y divisiones son frutos de la carne, señales de vivir en una perspectiva sólo humana y no espiritual, llenos y controlados por el Señor. Los cristianos debemos mantener la unidad del Espíritu, recordando que hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos.
No es posible vivir la vida cristiana a menos que estemos en unidad con otros hermanos. Aunque no siempre estemos de acuerdo, podemos amarnos, respetarnos y considerarnos unos a otros. Si anhelamos vida y años de bien, o sea evitar estar envueltos en los males de este mundo, debemos cesar de hablar mal, y dejar los pecados de la lengua: la injuria, el engaño, la mentira, el chisme y toda palabra que dañe al prójimo. Además se nos exhorta también abandonar las malas acciones y hacer el bien buscando siempre la paz con todos. Cuando se nos pide amar fraternalmente se habla de un amor no fingido, es amar con humildad y amabilidad, dando testimonio de la presencia de Cristo en nuestra vida.
¿Estamos preparados para decirles a otros lo que Cristo ha hecho en nosotros? Los creyentes siempre debemos estar preparados para presentar defensa del evangelio sin arrogancia ni suficiencia con los que ignoran la verdad de la Palabra de Dios, siempre respetado a los hombres y temiendo a Dios con reverencia, pues su mensaje es para traer salvación y no contienda. Tanto en nuestras acciones y reacciones frente a los que nos quieren hacer daño debemos bendecir y rogar a Dios por misericordia para ellos, devolviendo bendición por maldición.
Estamos llamados a caminar en forma intachable y justa para ser testimonio vivo del Dios Viviente, sus ojos están puestos sobre nosotros para guardarnos en seguridad y sus oídos abiertos para escuchar y responder a nuestras oraciones.
El Espíritu Santo puede transformarnos y lograr que esas cualidades cristianas sean parte de nuestra vida. Pongámonos a disposición de Dios para que siga perfeccionándonos para Él.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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