Aceptos en el amado
2015-09-06
1. Oración inicial
Bendito seas Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo por darme toda bendición espiritual, por haber estado en tu mente desde antes de la fundación del mundo, por haber sido adoptado y aceptado como hijo tuyo. Gracias por tanto amor. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
«Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,
según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,
en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,
para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,
En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo.
En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria».
3. Reflexiona
Se cuenta que en 1850 una gran cantidad de inmigrantes huérfanos llegó a las costas de Nueva York, la ciudad más grande del mundo en ese entonces. Nadie tenía el tiempo y el dinero necesario para cuidarlos, estaban desamparados. Pero hubo una excepción Charles Loring Brace, pastor de 26 años, conmovido por su miserable condición, organizó una singular solución “el Tren de los Huérfanos”. La idea era simple, al pasar el tren que iba hacia el oeste, se iba anunciando en cada pueblo que él que quería un hijo o una hija lo podía pedir en adopción. El último de los trenes viajó en 1929, para entonces cien mil niños habían encontrado nuevos hogares y nuevas vidas.
Este mensaje nos sirve de parábola para entender el libro de Efesios. Todos nosotros hemos sido adoptados en la familia de Dios, ya no somos huérfanos, Él se interesa por cada uno de nosotros y todas las riquezas de Cristo están a nuestro alcance, tenemos una nueva vida y herencia en los cielos. Hemos sido sellados con el Espíritu Santo para nuestra redención total. Que este pasaje nos anime hoy a entender el amor de Dios y su perfecto plan para nosotros.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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