Abrirás tu mano a tu hermano y al menesteroso
2016-12-08
1. Oración inicial
Señor, estamos en deuda contigo por tu amor sin límites derramado en la cruz a nuestro favor. La única forma en que podemos empezar a pagar la deuda es amando a otros.
2. Lee la palabra de Dios
«Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu hermano pobre, sino abrirás a él tu mano liberalmente, y en efecto le prestarás lo que necesite. Guárdate de tener en tu corazón pensamiento perverso, diciendo: Cerca está el año séptimo, el de la remisión, y mires con malos ojos a tu hermano menesteroso para no darle; porque él podrá clamar contra ti a Jehová, y se te contará por pecado. Sin falta le darás, y no serás de mezquino corazón cuando le des; porque por ello te bendecirá Jehová tu Dios en todos tus hechos, y en todo lo que emprendas. Porque no faltarán menesterosos en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra.», Deuteronomio 15:7-11
«No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.», Romanos 13:8-10
3. Reflexiona
El amor de Cristo siempre será infinitamente superior al nuestro, tenemos la obligación de amar a nuestro prójimo. A veces tenemos la idea de que amarse uno mismo es malo. Pero si este fuera el caso, sería vano amar al prójimo como a nosotros mismos. Este es el tipo de amor que debemos brindar a nuestro prójimo. ¿Se preocupa usted de que otros se alimenten, tengan ropa y vivienda? ¿Nos preocupan los asuntos relacionados con la justicia social? Amar a otros como a nosotros mismos significa participar activamente en que las necesidades de otros se suplan. El Señor nos ha dado la ley del amor que debe reemplazar las leyes civiles y religiosas. ¡Cuán fácil es disculpar nuestra indiferencia hacia otros! Pero Jesús no deja brechas en la ley del amor. Cuando el amor lo demande, debemos estar dispuestos a ir aún más allá de los requisitos legales e imitar al Dios de amor.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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