Abre nuestros oídos espirituales
2018-06-26
1. Oración inicial
Amado Jesús abre mis oídos espirituales para entender tu Palabra. Quiero obedecer tus mandatos. Ayúdame a compartir tu evangelio para sanar de la sordera espiritual a tanta gente que me rodea. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Y le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaron que le pusiera la mano encima. Y tomándole aparte de la gente, metió los dedos en las orejas de él, y escupiendo, tocó su lengua; y levantando los ojos al cielo, gimió, y le dijo: Efata, es decir: Sé abierto. Al momento fueron abiertos sus oídos, y se desató la ligadura de su lengua, y hablaba bien. Y les mandó que no lo dijesen a nadie; pero cuanto más les mandaba, tanto más y más lo divulgaban. Y en gran manera se maravillaban, diciendo: bien lo ha hecho todo; hace a los sordos oír, y a los mudos hablar”, Marcos 7: 32-37
3. Reflexiona
Cuando Jesús llegó a Decápolis le trajeron a un hombre sordomudo, lo trató de manera considerada, era una persona con una necesidad especial, por eso lo apartó de la multitud, mostrando respeto por sus sentimientos, quizás estaba muy nervioso y expectante por lo que pasaría. En este episodio Jesús representa lo que está haciendo con sus gestos, puso sus manos en los oídos y escupiendo tocó su lengua. En aquel tiempo se consideraba la saliva con cualidades curativas. Jesús elevó su mirada al cielo reconociendo la autoridad de su Padre celestial de quién vendría la ayuda, entonces gimió y pronunció la palabra aramea “Ephphatha” que significa: Sé abierto y el hombre fue sanado en ese instante.
Ese gemido de Jesús por la maldad del diablo al desfigurar la creación original de Dios en ese hombre, es el mismo gemido que emite ahora, cuando por causa del pecado, el hombre sigue separado de Dios, endureciendo su corazón y cerrando sus oídos espirituales a su Verdad, que es la única que puede liberarlo de sus fatales consecuencias. La sordera física no se puede comparar con la sordera espiritual que reina en este mundo y que lo está llevando a la condenación.
Si tan sólo comprendiéramos que Jesús quiere decirnos ““Ephphatha” para abrir nuestros oídos espirituales y que podamos comprender lo grandioso de su Palabra, la oportunidad de recibir una nueva vida y poder servirle, entenderíamos que Jesús vino a este mundo para traer sanidad no sólo a los cuerpos, sino salvación a las almas. En el principio todo lo creado había sido bueno, hasta que el pecado del hombre lo echó a perder. Jesús da un nuevo comienzo y quiere devolver la belleza de Dios a esta humanidad.
Lo más grandioso que Jesús ha hecho al morir es darnos la salvación, por eso debemos publicarla a los cuatro vientos y decir como las personas de Decápolis como al principio de la primera creación: “Bien lo ha hecho todo”. La obra de Cristo fue perfecta para un mundo imperfecto, su obra es “una nueva creación”.
Aunque las personas sean sordas para Dios, Jesús puede sanarlas y darles salvación. No seamos sordos espirituales y escuchemos el mandato de Cristo en Marcos 16:15 “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn