¿A quién iré?
2016-02-26
1. Oración inicial
Señor, ¿a quién iré? Solo te tengo a ti y fuera de ti nada deseo en esta tierra, no permitas que mi alma se turbe al ver que los malos viven sin ninguna preocupación, porque esto es necedad y traería infelicidad a mi vida. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
» Se llenó de amargura mi alma, Y en mi corazón sentía punzadas. Tan torpe era yo, que no entendía; Era como una bestia delante de ti. Con todo, yo siempre estuve contigo; Me tomaste de la mano derecha. Me has guiado según tu consejo, Y después me recibirás en gloria. ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre».
3. Reflexiona
Si la gracia de Dios, no fuera suficiente, no podríamos vencer la tentación y librarnos del daño que puede causarnos. Dios quiere que seamos más que vencedores. La tentación que proviene de la envidia o el descontento, es la que más causa dolor en el cristiano. El salmista por eso reconoce que fue su necedad e ignorancia lo que lo llevó a sufrir. Si en algún momento de nuestra vida el poder de la tentación nos impulsa a hablar o actuar mal, seguramente como el salmista estaremos avergonzados. Recordemos que la victoria sobre la tentación no es por nuestra sabiduría sino por la presencia de Dios junto a nosotros y a la intercesión constante de Cristo por nosotros. Tenemos que consagrarnos a Dios para poder ser guiados por su Espíritu y su consejo, en los momentos de debilidad. Es la única forma de aferrarnos más fuerte a Él.
No nos dejemos arrastrar por el mundo y su gloria porque esta se desvanece. El Señor Jesucristo es nuestra porción en el mundo venidero, por eso digámosle que nos impida elegir cualquier otra cosa en éste mundo, que nos aparte de Él. Los que nos acercamos con un corazón recto y depositamos toda nuestra confianza en Dios, nunca nos faltarán motivos para agradecerle. Acerquémonos y mantengámonos cerca de nuestro Dios con fe y oración.
Sólo a la luz de la eternidad la vida piadosa es más gratificante.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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