Poderte ver
2025-04-15

1. Oración inicial
«Padre Celestial, en este día te doy muchísimas gracias por el privilegio y el regalo de conocerte personalmente a través de tu Palabra y tu Hijo Jesucristo. Te ruego que en este tiempo nos des la oportunidad de conocerte más profundamente; bendice con espíritu de sabiduría y de revelación a aquellos que aún no te conocen personalmente y sé tú glorificándote en nuestros corazones, por Jesucristo, tu amado Hijo, amén.»

2. Lee la palabra de Dios
“Llegaron a la aldea adonde iban, y él hizo como que iba más lejos. Mas ellos le obligaron a quedarse, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró, pues, a quedarse con ellos. Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio. Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista. Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras? Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos, que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón. Entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo le habían reconocido al partir el pan.” Lucas 24:28-35

3. Reflexiona
Hemos visto y escuchado a lo largo de nuestra vida acerca de Jesús, el Hijo y enviado de Dios, aquel que predijo e hizo muchas obras milagrosas, el que también no habiendo hecho ningún mal fue entregado por los principales sacerdotes y gobernadores de ese tiempo para ser crucificado, sabemos así mismo que murió, pero que al tercer día resucitó. Es a grandes rasgos lo que se nos cuenta y recuerda cada año durante la Semana Santa.
La crucifixión y muerte de Jesús es un hecho que por su misma naturaleza a muchos les causa gran tristeza, y queriendo tener un poco de empatía, sentido pésame o respeto por lo sucedido, optan estos días por abstenerse de algunas prácticas, comportamientos o alimentos; sin embargo, estas cosas teniendo cierta apariencia de sabiduría, piedad o humildad lo que realmente dejan ver es el estado de ceguera espiritual o dureza de corazón en el que se encuentran estas personas, tal y como se los dijo el Señor a los discípulos que iban camino a Emaús (Lucas 24:13-27).
Querido lector u oyente, si realmente te conmociona la vida y obra del Señor, te invito para que, al igual que los discípulos de Emaús, dispongas tu corazón para estar un tiempo con el Señor, aprovecha estos días donde por diferentes medios se nos predica la Palabra de Dios que da testimonio acerca de Jesús, y confía en que Él abrirá tus ojos espirituales permitiéndote ver realmente el poder e impacto que tiene en tu vida su crucifixión, muerte y resurrección. No se te haga raro que tu corazón, como el de los discípulos, arda dentro de ti al conocerle personalmente y ser lleno de un inexplicable e inigualable gozo, amor, paz, y propósito.

4. Alaba a Dios

5. Comparte
Escúchanos en Spotify
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn