El aliento de tu Palabra
2024-09-04
1. Oración inicial
«Padre Dios mi corazón está lleno de agradecimiento por tu inagotable amor, gracias porque en la Biblia encuentro tu Palabra de amor que me alienta todos los días, y trae seguridad cuando pienso en el futuro, gracias porque has colocado personas en mi vida que me han enseñado tu Palabra, ayúdame para que también yo pueda ser un instrumento de tu amor al enseñarles a otros tu mensaje de salvación. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” Mateo 1:20-21
3. Reflexiona
Debido al embarazo de mi esposa, meditaba sobre la paternidad, y miraba la vida de José el esposo de María, y me daba cuenta de cuán grande responsabilidad había asumido el ser el padre putativo de Jesús, no solamente por el amor, cuidado y crianza que debía darle al propio Hijo de Dios, sino por el amor, apoyo y compañía que debía ofrecerle a su esposa.
Precisamente hablando con mi esposa y escuchándola atentamente pude conocer que habían pensamientos que llegaban a atemorizarla, pero después de la conversación Dios colocaba en mi corazón recordarle lo dicho por el Señor en Isaías 41:10 “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.”, y decirle lo escrito en Filipenses 4:13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” De esta manera, tanto ella como yo pudimos avivar nuestra fe, que viene por oír su Palabra, y fortalecernos para afrontar y poder disfrutar lo que viene.
Así, el Señor me llevaba a darme cuenta, de ese gran papel, que como esposo y padre, podía desempeñar, al infundir aliento y seguridad al compartir y enseñar la Palabra de Dios; y aunque parezcan pequeñas cosas, en realidad son grandiosas, pues al igual que a José, a los padres se nos ha encargado el cuidado de una nueva vida, para guiarla por los caminos del Señor.
Ahora bien como creyentes, al igual que María, necesitamos de un José, quien nos ayude y aliente en ese caminar cristiano, para cumplir nuestro propósito dejando vivir a Cristo en nosotros, de ahí la importancia del compañerismo cristiano y la comunión entre hermanos, para que Dios nos utilice como instrumentos de su amor, para dar y también para recibir su Palabra, y así tomar aliento y seguridad en nuestro diario vivir.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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