Cristo en nosotros, la esperanza de gloria
2024-08-07
1. Oración inicial
«Bendito Dios, gracias por este nuevo día de vida que me concedes y gracias por el regalo de enviar tu Palabra hasta este lugar; te pido así mismo que por tu Espíritu alumbres mi entendimiento y me permitas comprender y practicar la enseñanza que me quieres revelar, en el nombre de Jesús, amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,” Colosenses 1:27
“y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.” Efesios 3:19
3. Reflexiona
Existen en este mundo variedad de circunstancias que fácilmente llevan a las personas a perder su esperanza y plenitud, por ejemplo, un accidente o cualquier forma de muerte de un ser querido, una enfermedad complicada, la separación de los padres, un fracaso en las finanzas, un secuestro, un enemigo que persigue, un hijo en malos caminos, un matrimonio estancado, o también la separación de la pareja; clara e indiscutiblemente son situaciones muy difíciles, pero que conforme a la Palabra de Dios, no podemos permitir que determinen nuestro vivir.
La escritura en Efesios 1:23 enseña que Jesucristo es aquel que puede llenarlo todo en nosotros, sólo en Él encontramos plenitud, pues en Él habita toda la plenitud de Dios, y como dice la Escritura en Efesios 4:10 fue Él quien descendió y luego subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. Adicional, una de las citas bíblicas de hoy también nos revela que Cristo en nosotros es la esperanza de gloria, es decir, una esperanza verdadera y que nunca falla.
De manera que, si tú o alguien a tu alrededor, está atravesando alguna dificultad que le ha hecho perder el propósito, la motivación, la ilusión o la esperanza en su vida, te invito para que recuerdes o compartas este tesoro de la palabra de Dios. Realmente no hay nada en esta tierra de lo cual Dios no tenga el control y un propósito para con ello, pero solo se puede llegar a esa seguridad y convicción cuando recibimos a Jesús en nuestra vida como Señor y Salvador y cuando a partir de ese momento decidimos arraigarnos y edificarnos en el conocimiento de su gran amor por nosotros, pues es así como toda la plenitud de Dios lo llena todo en nosotros (Efesios 3:19).
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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