Jehová mi Ayudador
2024-05-20
1. Oración inicial
«Señor tú eres mi Ayudador y quiero tener esto presente ante cualquier situación, sé que hay momentos difíciles que al vivirlos me quieren hacer atemorizar, pero cuando recuerdo que tú estás conmigo y que de ti viene mi fortaleza, entonces mi alma descansa y se renuevan mis fuerzas.»
2. Lee la palabra de Dios
“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?” Salmos 27:1
3. Reflexiona
En la última semana hemos estado meditando sobre cómo no caer en ansiedad, sin embargo, debo confesar que en estos días tuve una situación difícil que me hizo retornar a este mal comportamiento. Estaba conduciendo camino a mi casa, cuando de repente comenzó a llover de manera torrencial, como la lluvia impedía que se pudiera ver claramente decidí esperar en un lugar seguro para darle paso a que se fuera la tormenta; pasado un tiempo vi prudente retornar mi camino, pero para mi sorpresa, en medio de la vía habían como especie de “piscinas” de agua estancada, se veían tan profundas que no sabía si mi carro (que era bajo) podía pasar por encima de ellas, el ver ésto hizo que en mí apareciera nuevamente la ansiedad, pues me enfoqué en mi capacidad de enfrentar esas situaciones, capacidad que no tengo pues no cuento con la experiencia de cómo se debería actuar en éstos casos. Comencé en mi propio entendimiento a razonar, y mi instinto me decía que si los demás carros que eran similares al mío pasaban, yo también lo haría, avancé con mucho temor y sólo hasta ese momento recurrí al Señor dando un grito interno desesperado pidiendo Su ayuda, para resumir la historia: pude llegar a mi casa a salvo, pero no por mi manera de conducir, sino por la gracia, ayuda y protección del Señor.
Esto me hizo recordar a David y la gran diferencia que tuvo en su actuar, pues en el Salmo vemos que no recurre primeramente a su propia capacidad de enfrentar batallas, sino a Dios, y aunque se vio rodeado por sus enemigos, sabía que en sus propias fuerzas no podía enfrentar la situación pues necesitaba de aquél que sí lo podía hacer, el Señor. Por eso no lo ves ansioso sino fortalecido, y reconociendo que si no hubiera confiado en el Señor habría desmayado (Salmos 27:13-14)
Hermanos, aprendamos del rey David, y al igual que él ante cualquier situación no desmayemos, ni estemos ansiosos, sino pongamos nuestra confianza en quien es nuestro Ayudador, el Señor.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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