Un principio pequeño, un final glorioso
2024-01-06
1. Oración inicial
«Padre de la gloria sin nada mas que mi corazón rendido a ti me pongo en tus manos para que hagas de mí lo que tu quieres que yo sea. Creo en ti y lo que harás en mi. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Las manos de Zorobabel echarán el cimiento de esta casa, y sus manos la acabarán; y conocerás que Jehová de los ejércitos me envió a vosotros. Porque los que menospreciaron el día de las pequeñeces se alegrarán, y verán la plomada en la mano de Zorobabel.”, Zacarías 4: 9-10
3. Reflexiona
Este versículo hace referencia a la reconstrucción del segundo templo de Dios en Jerusalén por mano de Zorobabel, luego que el primer templo construido por el rey Salomón fuera destruido por el imperio Babilonio. El primer templo era grandioso, había sido construido en una ciudad renaciente por mano del rey más sabio de la tierra, a diferencia del segundo que estaba siendo edificado en una ciudad en ruinas y por medio de Zorobabel, un hombre común y corriente; todo esto desanimó a muchos que llegaron a pensar que esta nueva edificación nunca se compararía con la primera. Más adelante Dios les tiene que recordar que la prosperidad y éxito no provenían de sus recursos materiales o de sus propios esfuerzos, sino que eran el resultado de la fe en su palabra y de la disposición del corazón para hacer su voluntad. Finalmente el templo fue construido y Dios le dio más gloria que a ningun otro sobre la tierra.
Hoy muchos de nosotros al igual que Zorobabel, ante los ojos del mundo somos tan solo personas comunes y corrientes; pero ante los ojos de Dios somos sus hijos amados, los escogidos para dar a conocer su nombre y sus obras por toda la tierra. Dios perfecciona su poder en nuestras debilidades para que no quede duda alguna que es gracias a Él y no a nosotros mismos que podemos lograr hasta el más difícil de los sueños. Él construirá nuestra vida en forma gloriosa si decidimos creer en sus ilimitados recursos y ver más allá de nuestras posibilidades. No te rindas, más bien refuerza tu fe en Dios, dispón tu corazón para hacer su voluntad y déjate guiar por su palabra. Las pequeñeces de hoy serán las semillas que Dios cultivará para darte un glorioso mañana.
“Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos”, Zacarías 4:6
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Escúchanos en Spotify
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn