El amor al dinero - Parte 2
2023-08-11
1. Oración inicial
«Señor, no quiero colocar al dinero y los bienes materiales como objetivo principal de mi vida, sino como el medio para dar a conocer y glorificar tu nombre. Te doy gracias en el nombre de Jesús. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad” Filipenses 4:12.
“Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre”, Hebreos 13:5-6.
3. Reflexiona
En el devocional pasado hablamos de dos extremos en el que no debemos caer, el primero es desconfiar del Dios proveedor que tenemos y el segundo es enamorarnos del dinero y de las cosas materiales, lo que significa que las colocamos como prioridad antes que a Dios, o en otras palabras colocamos las riquezas como nuestro dios.
Querer tener todo ya y si no es así entonces me frustro, me enojo, o se me cae el semblante, sugiere que estoy colocando mi confianza en algo y no en alguien.
Si priorizo el tener antes que el ser (quien soy en Cristo), puedo caer en la trampa de las riquezas y terminar con profundos dolores, puedo correr el riesgo de apartarme de la fe y terminar graduándome como fariseo, como enseña el Salmo: “No confiéis en la violencia, ni en la rapiña; no os envanezcáis; si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas”, Salmos 62:10.
Aquí el salmo enfatiza que tratar de obtener riquezas haciendo daño a otra persona, engañándole, prometiendo algo que no se le va a cumplir, o con base a la mentira, es claramente una manera de violencia y extorsión. Por ejemplo, los que quieren obtener ganancias con juegos de azar, con apuestas deportivas, con brujería y engaños, cartas, multiniveles fraudulentos, entre otros.
Es mejor confiar en el Dueño de la plata y el oro que dice: “Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos”, (Hageo 2:8), pues Él no solo nos da el dinero o las riquezas sino el poder para gozarlas y administrarlas, como da testimonio la Palabra de Dios que dice: “Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día” (Deuteronomio 8:18).
En el próximo devocional hablaremos de un principio que junto con la sabia administración y la generosidad, establecen las bases de una vida donde las riquezas materiales son un medio para glorificar a Dios.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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