Religiosos. Parte 1
2023-08-02
1. Oración inicial
«Señor Jesucristo, hoy confieso con mi boca y creo en mi corazón que tú eres mi Señor y Salvador, perdona mi maldad, hoy me rindo ante ti, acepto que has borrado mis faltas por medio de tu sacrificio y con tu resurrección me has dado vida eterna. Padre, ahora como hijo tuyo, quiero seguir creciendo en el conocimiento de Cristo y ser reflejo de tu gloria por medio de tu Espíritu en mí. En el nombre de Jesús. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis”, Juan 8:24.
3. Reflexiona
Podemos hacer muchas cosas religiosas y no ser salvos. El ejemplo perfecto de esto son los fariseos, que evangelizaban (Mateo 23:15), oraban largamente (Mateo 23:14), hacían compromisos religiosos (Mateo 23:16), diezmaban rigurosamente (Mateo 23:23), respetaban las tradiciones religiosas (Mateo 23:29-31) y ayunaban (Lucas 18:12),
Pero no recibieron a Jesús como su Señor y Salvador (Juan 1:12-13), no creyeron que él era el Mesías prometido que los redimiría de sus pecados, por esto Jesús los confrontaba diciéndoles “porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis” (Juan 8:24b).
El efecto de escuchar el evangelio es darnos la fe para recibir la salvación, por el favor inmerecido de Dios. Cuando escuchamos y prestamos atención a lo que se anuncia, acerca de Cristo, no lo tomemos como cualquier mensaje, sino como el poder de Dios para salvación, una noticia tan extraordinaria, urgente y esencial que nos lleva de muerte a vida cuando creemos en lo que contiene; pero que también es tan poderosa pues sigue transformando nuestro interior hasta ser hechos a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (Efesios 4:13).
Salvación y propósito, dos cosas que nos da el evangelio. El hombre quiere trascender y quiere hallarle sentido a su vida, pero solo el mensaje de Jesucristo tiene el poder para lograr estos anhelos. Entonces, no es cuestión de religión o de prácticas religiosas vacías de aparente piedad y duro trato con el cuerpo, que de nada sirven para controlar los apetitos carnales y la tendencia al pecado del hombre, la esencia del mensaje es Cristo mismo en nosotros, haciendo un cambio interior total y profundo. Una unión con Cristo por medio del Espíritu Santo que recibimos por fe en su nombre para gloria de Dios Padre, esto es, para que nuestra vida rescatada de la perdición y condenación del mundo, ahora sea para glorificar a Dios y mostrar en nosotros su inmenso amor.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Escúchanos en Spotify
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn